La más reciente encuesta de Enkoll, publicada por El País, confirma lo que muchos ya sospechaban: Alito Moreno, dirigente nacional del PRI, se ha consolidado como el político más odiado de México, con un 67% de opiniones negativas.

El sondeo revela un creciente descontento con los partidos tradicionales: el 58% de los ciudadanos asegura que nunca votaría por el PRI y un 17% por el PAN. En este contexto de desencanto y falta de alternativas claras en la oposición, “Alito” emerge como una figura conocida, pero sin propuestas atractivas ni capacidad de liderazgo.

El apartidismo también va en aumento, pasando del 13% en diciembre de 2024 al 20% en septiembre de este año. Entre los partidos, el PRI enfrenta 73% de rechazo, mientras que el PAN acumula un 58% de opiniones negativas. Por su parte, Morena mantiene el respaldo del 62% de la población, y partidos aliados como MC, PT y PVEM logran cifras equilibradas entre aprobación y rechazo.

Otros políticos panistas, como Ricardo Anaya y Lilly Téllez, también enfrentan valoración adversa, con 50% de opiniones negativas, mientras figuras menos expuestas, como Jorge Álvarez Máynez (MC), destacan por 57% de valoración positiva y reconocimiento moderado del 53%.

En el ámbito económico y mediático, “Tío Richie”, conocido por deudas millonarias en México y Estados Unidos, mantiene 57% de reconocimiento, aunque casi la mitad de quienes lo conocen lo valora negativamente.

El panorama evidencia un rechazo contundente hacia los liderazgos tradicionales, con “Alito” Moreno en la cima del desprestigio político en el país, mientras la ciudadanía busca alternativas reales y propuestas sólidas.