La congresista republicana Marjorie Taylor Greene volvió a encender la polémica tras atacar al artista puertorriqueño Bad Bunny, quien encabezará el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl LX, programado para el 8 de febrero de 2026 en Santa Clara, California.
En una publicación en sus redes sociales, Greene escribió:
Bad Bunny says America has 4 months to learn Spanish before his perverse unwanted performance at the Super Bowl halftime.
It would be a good time to pass my bill to make English the official language of America.
And the NFL needs to stop having demonic sexual performances…
— Rep. Marjorie Taylor Greene🇺🇸 (@RepMTG) October 6, 2025
“Bad Bunny dice que Estados Unidos tiene 4 meses para aprender español antes de su perversa e indeseada actuación en el medio tiempo del Super Bowl. Sería un buen momento para aprobar mi proyecto de ley para convertir el inglés en el idioma oficial de Estados Unidos. Y la NFL necesita dejar de tener actuaciones sexuales demoníacas durante sus espectáculos de medio tiempo.”
El contexto: una broma convertida en ataque ideológico
El comentario de la legisladora surgió después de que Bad Bunny hiciera una broma durante su monólogo en el estreno de temporada de Saturday Night Live (SNL), donde dijo:
“Especialmente a todos los latinos y latinas… más que un logro mío, es un logro de todos.”
Y añadió, con humor:
“If you didn’t understand what I just said, you have four months to learn.”
La frase, lejos de ser un desafío hostil, fue una ironía que celebraba la diversidad cultural y el papel creciente del español en la vida cotidiana de Estados Unidos. Sin embargo, Greene la tergiversó para impulsar su proyecto de ley English Language Unity Act, que busca declarar al inglés como idioma oficial del país.
Racismo cultural disfrazado de patriotismo
El discurso de Greene reproduce viejas estrategias de la ultraderecha estadounidense: presentar la diversidad como una amenaza. Al calificar la próxima actuación de Bad Bunny como “perversa” o “demoníaca”, recurre a un lenguaje moralizante que históricamente se ha utilizado para censurar expresiones culturales provenientes de comunidades marginadas —del rock en los sesenta al hip-hop y el reguetón en la actualidad—.
Además, su postura desconoce un hecho básico: Puerto Rico es territorio estadounidense, y Bad Bunny, como ciudadano estadounidense, no representa una cultura extranjera, sino una expresión legítima del pluralismo que conforma a Estados Unidos.
Bad Bunny: orgullo latino y desafío cultural
Lejos de evitar la controversia, Bad Bunny ha defendido su identidad y su idioma como símbolos de orgullo latino. El artista ha descrito su actuación en el Super Bowl como una victoria colectiva para la comunidad hispana en Estados Unidos y un reconocimiento al peso cultural del español.
El cantante también ha criticado las políticas migratorias y la hostilidad hacia los latinos, explicando que evitó realizar parte de su gira en territorio estadounidense por la presencia de operativos del ICE cerca de sus conciertos.
Más que una disputa mediática
Las declaraciones de Greene no solo son una muestra de intolerancia, sino un reflejo del clima político en el que los discursos racistas y excluyentes buscan legitimarse bajo la bandera del “patriotismo”.