El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó al ejército actuar “con fuerza” en la Franja de Gaza tras acusar a milicias de Hamás de haber violado el alto el fuego al atacar una unidad militar en Rafá, en el sur del enclave.
El incidente —según fuentes militares israelíes— comenzó con el impacto de un misil antitanque contra una excavadora de ingenieros y siguió con disparos contra tropas de apoyo. El ejército informó que, tras la orden de Netanyahu, ya se han atacado más de 20 objetivos en Gaza en respuesta al incidente; las fuerzas israelíes comunicaron previamente a Washington sus intenciones.
Fuentes palestinas reportaron víctimas: la agencia Safa indicó al menos cinco muertos en un bombardeo contra una cafetería en Deir al Balá. Antes del episodio en Rafá, se habían denunciado además dos muertos en Jabalia, atribuidos por Israel a presuntos milicianos que habrían atravesado la “línea amarilla” establecida tras el alto al fuego.
Hamás negó responsabilidad y afirmó que no tiene conocimiento de operaciones en Rafá, al tiempo que reiteró su compromiso con el cese de hostilidades. El movimiento explicó que los contactos con sus unidades en Rafá están “rotos” desde la entrada del ejército israelí en la ciudad en mayo de 2024, por lo que no puede confirmar lo ocurrido.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, advirtió con dureza: “Hamás va a aprender hoy por las malas que Israel está decidido a proteger a sus soldados” y prometió “actuar con contundencia” contra objetivos del grupo si se confirman violaciones del alto el fuego.
La escalada representa la crisis más grave del alto el fuego declarado el 11 de octubre, y deja al acuerdo en una fase crítica mientras las partes se acusan mutuamente y la población civil vuelve a sufrir las consecuencias de la reanudación de los ataques.