La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se encuentra nuevamente en el ojo del huracán. Esta vez, por el viaje a España del exconsejero del INE, Ciro Murayama, y del historiador Enrique Krauze, quienes participaron en actividades académicas y culturales en la sede de la UNAM en Madrid.
👥En el ciclo ‘Diálogos UNAM-@casamerica‘, el historiador, economista y rector de nuestra universidad, Leonardo Lomelí conversará con el historiador y ensayista, Enrique Krauze sobre el desarrollo económico y político de México en el siglo XX.🇲🇽
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— UNAM España (@UNAMEspana) October 15, 2025
El hecho ha generado un fuerte malestar entre la comunidad universitaria, que denuncia el uso discrecional de recursos públicos en medio de una profunda crisis interna: recortes en becas, retrasos en pagos a profesores de asignatura, abandono de instalaciones y precariedad en los planteles.
Mientras miles de docentes siguen esperando sus pagos y los estudiantes estudian en salones con goteras o sin mantenimiento, el rector autoriza giras internacionales a figuras identificadas con los sectores más conservadores y críticos de la Cuarta Transformación.
En Madrid, Murayama participó en conferencias sobre “democracia y libertad académica”, mientras Krauze ofreció charlas culturales. Sin embargo, la indignación creció al saberse que los costos del viaje habrían sido cubiertos con presupuesto universitario, justo cuando la comunidad denuncia falta de recursos para necesidades básicas.
En redes sociales, académicos y estudiantes acusaron al rector de mantener los privilegios de la élite intelectual ligada al viejo régimen, mientras ignora las demandas de la base universitaria. “La UNAM paga los viajes de Krauze, pero no puede pagarle a sus profesores”, reclamaron usuarios en X.
Hasta ahora, la Universidad no ha transparentado los gastos ni explicado el motivo de los viajes. La opacidad, el silencio institucional y el favoritismo hacia ciertos personajes solo han profundizado el enojo.
Lo cierto es que, mientras la comunidad universitaria resiste los efectos del abandono, desde Rectoría se siguen financiando los caprichos y conferencias de aquellos que siempre han vivido del prestigio académico y del dinero público.



