El histórico y ahora tambaleante PRIAN vive uno de sus peores momentos. La ruptura formal del PAN con el PRI dejó al descubierto la fragilidad de sus dirigencias y la incapacidad de enfrentar críticas. Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, dirigente del PRI, no dudó en señalar a su ex aliado: “Salen a lloriquear diciendo que le quieren echar la culpa al PRI… para nada”, reprochó con un tono de reproche que delata desesperación.
Según Alito, el PAN no tiene carácter: “Dos, tres calambres del gobierno porque les dicen lo del cartel inmobiliario y salen corriendo y están asustados”. Mientras tanto, el PRI asegura que está listo para competir solo, aunque admite que la división dentro de la oposición podría favorecer a Morena en las próximas elecciones.
El dirigente priista también aprovechó para defender su estilo: “Este es el momento de que no se pueden tener dirigentes cobardes que tengan miedo, hay que estar echados para adelante, tener capacidad, tener compromiso, construir lo que mejor le conviene a México”. Y lanzó un mensaje directo: “Aquí lo que necesitamos no es quién es un buen esposo, necesitamos un buen presidente”.
El espectáculo no quedó solo en los ataques políticos: en el Senado, tras la pérdida de la presidencia de la Comisión de Marina por la renuncia de Néstor Camarillo al tricolor, se aprobó la creación de la Comisión de Ciberseguridad, que será encabezada por Alito Moreno, en un intento por mantener relevancia y protagonismo en medio del naufragio del PRIAN.
El mensaje es claro: el viejo pacto entre PRI y PAN se rompió, dejando a la derecha mexicana desorientada y al borde de la implosión. Mientras tanto, Morena se perfila como la fuerza política sólida frente a líderes que solo saben pelear entre ellos y llorar por sus derrotas.



