El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a agitar la tensión comercial con Canadá al acusar al gobierno de Ottawa de intentar “influir ilegalmente” en el Tribunal Supremo estadounidense sobre la legalidad de los aranceles impuestos durante su mandato. La polémica llegó hasta el punto de que Trump anunció la suspensión del diálogo comercial con su vecino del norte.
Según Trump, Canadá promovió un anuncio televisivo “fraudulento” en el que se citaban palabras de Ronald Reagan fuera de contexto, en contra de los gravámenes. El presidente insistió en que Reagan “amaba los aranceles para proteger la seguridad nacional de EE.UU.” y acusó a Canadá de aprovecharse de los agricultores estadounidenses cobrando hasta un 400 % en aranceles.
El enfriamiento de las relaciones bilaterales no es nuevo. Desde su regreso al poder en enero, Trump ha buscado aplicar una guerra comercial contra aliados históricos, incluyendo a Canadá, que es uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos.
En septiembre pasado, el Tribunal Supremo de EE.UU. aceptó revisar la legalidad de la mayoría de los aranceles impuestos por Trump, un caso que él considera crucial para mantener su programa económico y su política de protección industrial. El Supremo escuchará los argumentos a principios de noviembre sobre si el gobierno estadounidense puede usar poderes económicos de emergencia para mantener el aumento arancelario más grande de la historia reciente de EE.UU.
Con estas acciones, queda claro que la relación entre EE.UU. y Canadá se encuentra en su punto más tenso en décadas, y Trump sigue demostrando que no está dispuesto a ceder ni un ápice frente a sus aliados comerciales.



