En el Estado de México, la extracción, distribución y comercialización ilegal de agua es considerada un delito y está sancionada con penas de prisión y multas económicas, conforme al Código Penal mexiquense. Este marco legal busca frenar el llamado huachicoleo del agua, una práctica que afecta el abasto ciudadano y que recientemente se combate mediante la Operación Caudal, coordinada por autoridades de los tres órdenes de gobierno.
De acuerdo con la legislación estatal, quienes distribuyan o suministren agua sin contar con autorización y lo hagan con fines de lucro pueden recibir penas de hasta seis años de cárcel y multas que superan los 22 mil pesos, según el artículo 145 del Código Penal. La misma norma establece sanciones de tres años de prisión y más de 11 mil pesos de multa para quienes extraigan agua potable de la infraestructura pública sin concesión, licencia o permiso.
La Operación Caudal, puesta en marcha la semana pasada, ha permitido clausurar 189 inmuebles, entre ellos 51 pozos y 138 tomas clandestinas, además del aseguramiento de 322 pipas utilizadas para la venta irregular del líquido. Las investigaciones apuntan a que detrás de estas actividades operaban organizaciones con apariencia de sindicatos, dedicadas al acaparamiento y comercialización del recurso con sobreprecios que afectaban a la población.
Informes de seguridad refieren que en la entidad operaban grupos como la Unión de Sindicatos y Organizaciones Nacionales, la Alianza de Autotransportistas, Comerciantes y Anexas de México, Los 300, Libertad, 25 de Marzo, 22 de Octubre y Chokiza, que establecían sus propias reglas y precios para decidir quién podía distribuir agua mediante pipas o surtir a ciertos comercios.
Con la intervención de la administración estatal, encabezada por la Gobernadora Delfina Gómez Álvarez, se busca restablecer el control legal sobre el uso del agua y garantizar que su distribución se realice únicamente a través de los organismos municipales y estatales autorizados, reforzando así el acceso equitativo a este recurso esencial para las familias mexiquenses.



