Durante su visita a Corea del Sur, el presidente estadounidense Donald Trump anunció que alcanzó un acuerdo comercial que, según él, beneficia unilateralmente a Estados Unidos.
En un mensaje difundido en sus redes sociales, Trump aseguró que Corea del Sur pagará 350.000 millones de dólares a cambio de la reducción de los aranceles que su país impone. Además, afirmó que Seúl adquirirá petróleo y gas estadounidense en grandes cantidades y que las inversiones de empresas surcoreanas superarán los 600.000 millones de dólares.
El mandatario presentó este acuerdo como una victoria personal y un ejemplo de su capacidad para imponer condiciones favorables a otros países, calificando su acción como un “sometimiento” de Corea del Sur a los intereses estadounidenses.
Trump también anunció avances en cooperación militar: autorizó a Corea del Sur a construir un submarino de propulsión nuclear, en sustitución de los actuales submarinos de propulsión diésel. Según él, esta medida fortalece la alianza militar bilateral y moderniza la capacidad de defensa de Seúl.
Expertos internacionales han criticado los comentarios del mandatario, señalando que la narrativa de “someter” a otros países refleja un enfoque unilateral y agresivo que podría tensar relaciones diplomáticas en Asia-Pacífico.
El anuncio se produce en el marco de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), donde se espera que Trump siga promoviendo sus acuerdos comerciales y estratégicos, con un enfoque centrado en los beneficios para Estados Unidos por encima de la negociación multilateral.
