En recientes movilizaciones rurales que paralizaron carreteras clave de Hidalgo, Michoacán, Sinaloa, Guanajuato y Jalisco, autoridades locales y medios especializados reportan que al menos once líderes de los bloqueos tienen afiliación o simpatía con los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI).
Estas personas aprovecharon la indignación legítima de productores agrícolas que exigen mejores precios para el maíz, pero con una agenda política propia.
- En Hidalgo, dos panistas identificados lideraron los cierres viales.
- En Michoacán, destacaron militantes del PAN y el PRI que operaron los bloqueos.
- En Sinaloa, un exdiputado panista encabezó la organización “Campesinos Unidos de Sinaloa”, principal promotora de las protestas.
- En Guanajuato y Jalisco, la mayoría de los líderes visibles también provienen de esos partidos.
Los bloqueos causaron severas afectaciones en el transporte de carga y productos agrícolas perecederos. Aunque hubo diálogo con el gobierno federal y los cierres se redujeron, las movilizaciones exhiben cómo el conflicto agrario puede ser utilizado por intereses partidistas para presionar políticamente y generar inestabilidad.
El escenario plantea un reto para la gobernabilidad: atender las demandas reales del campo, pero también evitar que las protestas sean manipuladas como herramienta de estrategia política bajo el disfraz de movimiento social.



