Ciudad de México a 6 noviembre, 2025, 17: 01 hora del centro.
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Después de acusar sin pruebas, Alessandra Rojo de la Vega pide disculpas

Después de semanas de acusaciones y declaraciones escandalosas, la alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, ahora pide disculpas. Admitió que se equivocó al señalar al Diputado Arturo Ávila por presuntas amenazas de muerte, luego de que un peritaje independiente revelara que los videos que presentó la supuesta víctima estaban editados y manipulados.

“Hoy haré lo que muy pocos políticos se atreven a hacer: admitir que me equivoqué. No me avergüenza decirlo, me daría más vergüenza mentirle a la gente”, afirmó. Rojo de la Vega aseguró que cree firmemente en las víctimas de violencia, pero reconoció que en este caso su respaldo se dio sin verificar la veracidad del material.

En un video cuidadosamente producido —como suelen ser sus mensajes—, Alessandra declaró que “muy pocos políticos se atreven a admitir sus errores”. Lo cierto es que su “error” consistió en respaldar públicamente una acusación falsa, sin verificar pruebas ni esperar a la autoridad.

Dijo haber financiado un peritaje “con sus propios recursos”, que terminó por desmentir la versión que ella misma había amplificado. Aun así, trató de suavizar el golpe: “Me equivoqué, pero lo hice creyendo en una mujer que pedía ayuda”.

La alcaldesa intentó redirigir la conversación, asegurando que “usar la mentira para dañar a alguien también es violencia”, aunque olvidó mencionar que esa mentira se difundió desde su propia cuenta y en horario laboral.

Rojo de la Vega anunció que implementará “nuevos protocolos” para no repetir el error, aunque mantuvo su lema: “Yo sí te creo”. Una frase que ahora suena vacía, tras haber desacreditado la palabra de las mujeres que sí denuncian con verdad.

Y mientras intenta recomponer su imagen, Alessandra lanza frases de autoayuda política: “Las funcionarias también somos humanas” o “mi compromiso es con la verdad y la justicia”. Pero el daño está hecho: se usó la lucha feminista como bandera personal y luego se arrojó por la borda cuando la historia se derrumbó.

El episodio deja claro que no se puede construir credibilidad a base de espectáculo. Porque, al final, la justicia no necesita likes, sino responsabilidad.

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