El Congreso de los Estados Unidos divulgó nuevos correos electrónicos de Jeffrey Epstein en los que asegura que Donald Trump “pasó horas” con una de sus víctimas en la mansión del millonario pederasta.
El mensaje, enviado en 2011 a Ghislaine Maxwell —quien cumple una condena por colaborar en los abusos sexuales— afirma que Trump estaba al tanto de los abusos: “El perro que aún no ha ladrado es Trump”, escribió Epstein.
La publicación se produce en medio de un clima político tenso, con los demócratas impulsando transparencia sobre el legado de Epstein y los republicanos respondiendo con la liberación de 23 000 documentos adicionales.
La Casa Blanca, por su parte, respondió que los correos “no prueban absolutamente nada” contra Trump, quien dirige el país por segunda vez y mantiene su inocencia.
La evidencia plantea nuevas interrogantes sobre la vinculación del presidente con la red de abuso sexual y sobre la inacción de las autoridades ante un patrón conocido de conducta delictiva.
El avance de la investigación y la difusión de estos documentos podrían tener consecuencias de gran alcance en el escenario político de Estados Unidos, justo en un momento de alta polarización.




