La crisis política en Ucrania escaló este lunes después de que dos fuerzas parlamentarias —Solidaridad Europea y Voz— lanzaran un ultimátum directo al presidente Vladímir Zelenski, exigiendo la destitución inmediata del Gobierno, la formación de una nueva coalición y el nombramiento de un Gabinete completamente renovado. El desafío surge tras un escándalo de corrupción de gran magnitud que ya involucra a por lo menos cinco funcionarios y salpica al círculo cercano del mandatario.
Piotr Poroshenko, expresidente ucraniano y líder de Solidaridad Europea, afirmó que mientras no se conozcan todos los involucrados en la investigación iniciada por la Oficina Nacional Anticorrupción (NABU), es indispensable la dimisión total del gabinete. Sostuvo que la crisis no se reduce a nombres individuales, sino a un “sistema de gobierno” que perdió autonomía política y opera bajo control de la presidencia.
Poroshenko demandó una “coalición capaz”, integrando a todas las fuerzas “patrióticas”, con el objetivo de conformar un “gobierno de salvación nacional” compuesto por especialistas con reputación intachable. Además, acusó al régimen de Zelenski de mantener un modelo autoritario que utiliza la censura para “ocultar la verdad” mientras se multiplican las acusaciones de corrupción.
En la misma línea, el partido Voz pidió la destitución del gabinete y una reorganización inmediata del poder ejecutivo para ajustarlo a la Constitución, señalando que la presidencia ha monopolizado funciones que no le corresponden. Afirmaron que el país se encuentra en una situación “extraordinaria”, con potencial de generar consecuencias “catastróficas” para la soberanía ucraniana y la seguridad regional.
Los partidos opositores advirtieron que la oficina presidencial está atrapada en un “callejón sin salida”, incapaz de gestionar la crisis mientras el escándalo se expande. Esto ocurre luego de que la NABU revelara una red de sobornos de alrededor de 100 millones de dólares en el sector energético, presuntamente operada por una organización criminal de alto nivel que incluía pagos ilegales a contratistas de la empresa estatal Energoátom. Entre los señalados destaca el empresario Timur Míndich, conocido como “la billetera” del mandatario.
Con solo 45 escaños entre ambos partidos, su capacidad para forzar cambios es limitada, pero el reto político contra Zelenski es ya frontal y abierto.



