El presidente de Colombia, Gustavo Petro, volvió a cuestionar las operaciones militares de Estados Unidos contra embarcaciones señaladas de transportar droga en el Caribe y el Pacífico. Sus declaraciones surgieron en medio de un nuevo choque con la senadora conservadora María Fernanda Cabal (Centro Democrático), quien lo acusó de “minimizar” el narcotráfico.
Petro recalcó que, aunque quienes navegan con cocaína están cometiendo un delito, “no hace falta matar al lanchero; basta con detenerlo y permitir que la justicia actúe”. Recordó además que su administración ha logrado capturar a decenas de responsables e incautar 2.700 toneladas de estupefacientes.
Sus palabras respondieron directamente a un mensaje de Cabal en X, donde la legisladora afirmó que enfrentar el crimen requiere firmeza y acusó al mandatario de “ser cómplice” por cuestionar los operativos estadounidenses. La senadora celebró el ataque más reciente, afirmando que buscaba “proteger la paz regional” y elevando a 83 la cifra de supuestos “criminales neutralizados”.
Petro replicó que solo alguien “desconectado de la realidad colombiana” desconocería que quienes viajan en esas lanchas suelen ser habitantes del Caribe que recurren a ese oficio por necesidad económica.
Un vínculo bilateral bajo presión
La tensión entre Bogotá y Washington se intensificó después de que Estados Unidos decidiera descertificar a Colombia en materia de cooperación antidrogas. Tras ese anuncio, Petro ordenó suspender la compra de armamento estadounidense y acusó a la Casa Blanca de interferir en la política interna del país.
En respuesta a sus críticas por los bombardeos en el Caribe, el presidente estadounidense Donald Trump calificó a Petro como “jefe del narcotráfico ilegal” y advirtió que podría tomar “medidas muy severas” contra su gobierno. Petro contestó rechazando las acusaciones y subrayó: “Trump no manda aquí. Colombia no acepta monarquías”.
El mandatario colombiano ha condenado reiteradamente estos ataques, que han dejado al menos 70 muertos, y los considera acciones ilegales diseñadas —según dijo— para intimidar a América Latina mediante el uso excesivo de fuerza en operaciones marítimas.



