Demetrio N, uno de los escoltas del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, detenido el viernes junto con seis policías municipales, reconoció haber disparado en la nuca de Víctor Ubaldo, de 17 años, autor material del homicidio del edil ocurrido el 1º de noviembre. La Fiscalía General del Estado (FGE) de Michoacán detalló en audiencia inicial que el disparo se hizo a 10 centímetros de distancia, cuando el joven ya estaba sometido e incluso esposado.
La diligencia se realizó de 5:30 a 13:00 horas en el Centro de Alta Seguridad para el Delito de Alto Impacto número 1, en Charo, Michoacán. Al término, un juez de control dictó prisión preventiva oficiosa a los ocho imputados (siete hombres y una mujer) por su presunta participación en el crimen.
El CJNG detrás del asesinato
Según la FGE, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) habría ofrecido 2 millones de pesos por el asesinato de Manzo. Además, personas cercanas al alcalde filtraban información de sus movimientos a integrantes del grupo criminal.
El Ministerio Público acusó a los policías de homicidio calificado en comisión por omisión, pues no protegieron al edil y se encontraban lejos de él durante la agresión.
Demetrio N declaró que disparó contra el adolescente tras forcejear por el arma, argumentando que “era muy fuerte”. Sin embargo, las pruebas periciales mostraron que Ubaldo ya estaba sometido cuando fue ejecutado con la misma pistola que utilizó para atacar a Manzo.
Un paramédico testificó que los escoltas le impidieron acceder para auxiliar al joven, y solo pudo acercarse cuando llegó la Guardia Nacional; para entonces, el agresor ya había muerto.




