Un nuevo señalamiento público vuelve a colocar bajo cuestionamiento a figuras de la política campechana. Un integrante del gremio de la comunicación y la consultoría política denunció que la campaña del hoy senador Eliseo Fernández Montufar y de la actual alcaldesa Biby Rabelo dejó adeudos sin saldar por trabajos profesionales contratados, específicamente estudios de intención del voto realizados durante el proceso electoral.

De acuerdo con el testimonio difundido en redes sociales, la empresa del consultor realizó encuestas electorales para la campaña de Eliseo Fernández, para Biby Rabelo —entonces candidata— y para otros aspirantes municipales del estado. Los trabajos fueron coordinados por José Antonio Hernández Griego, quien fungió como enlace entre las partes y reconoció en diversas ocasiones la existencia del adeudo.

El monto pendiente, señala el denunciante, asciende a cerca de 150 mil pesos, una cifra que nunca fue cubierta pese a reiterados compromisos de pago. En los primeros meses, hubo comunicación y explicaciones: el retraso, según se le informó, obedecía a que los recursos de campaña eran administrados por una persona cercana al senador Fernández. Sin embargo, con el paso del tiempo, las respuestas se diluyeron hasta convertirse en un bloqueo total en llamadas y redes sociales.

El afectado afirma que incluso se pactó formalmente una fecha para liquidar el adeudo —febrero del año pasado—, promesa que jamás se cumplió. Desde entonces, el silencio ha sido absoluto.

Más allá del daño económico, el denunciante subraya un punto clave: el incumplimiento no solo afectó a su empresa, sino que lo obligó a absorber compromisos con proveedores que sí fueron pagados puntualmente, asumiendo pérdidas para no trasladar el problema a terceros. Una práctica que contrasta, señala implícitamente, con la conducta de quienes hoy ejercen cargos públicos y pregonan discursos de honestidad y responsabilidad.

El caso exhibe una práctica recurrente y profundamente cuestionable en campañas políticas: contratar servicios profesionales, utilizarlos para obtener ventaja electoral y, una vez logrado el objetivo, evadir pagos y desaparecer. En este contexto, el señalamiento directo hacia Eliseo Fernández y Biby Rabelo no es menor: ambos han construido su imagen pública bajo la narrativa del cambio y la ética política, hoy severamente erosionada por este tipo de denuncias.

El denunciante afirma que ya no espera recuperar el dinero, pero decidió hacer pública su experiencia como advertencia al gremio, especialmente ante la cercanía del proceso electoral de 2027. El mensaje es claro: sin contratos, anticipos y reglas firmes, la “confianza” en campañas puede salir muy cara.

Mientras tanto, ni Eliseo Fernández ni Biby Rabelo han ofrecido una explicación pública sobre estos señalamientos. El silencio, en política, también comunica. Y en este caso, refuerza la percepción de que no todos los compromisos de campaña se honran cuando llega el poder.