Cada que hay elecciones federales en México, los gabachos mandan llamar al presidente electo. Antes de que inicie su sexenio, el gobierno gringo lo invita a la Casa Blanca. Así ocurrió con Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón, Vicente Fox and so on. Peña Nieto y Calderón se vieron, uno con Obama y el otro con George W. Bush, el mes previo a que tomaran posesión. Fox ha sido el más urgido: se vio con Bush en agosto del 2000, un mes después de haber ganado.
Esto me lo contó un agente federal que conocí: en estas reuniones el presidente gringo sienta al presidente mexicano en un sillón de la Oficina Oval. Comienza felicitándolo, reconociéndole el triunfo en persona, y luego ¡traz!: le saca sus trapitos sucios y le lee la cartilla.
Así es como los güeros agarran de los huevos a nuestros mandatarios.
La inteligencia de los Estados Unidos, o sea el Servicio Secreto y la CIA, es muy cabrona. Saben todo. O casi todo. El bato este no me dijo qué tanta mamada le sabían a estos tres presidentes. Ahora que los conocemos bien, podemos inferir que se trata de confidencias relacionadas a los acuerdos que hicieron en campaña, las chingaderas que tuvieron que hacer para llegar a la silla presidencial y sus relaciones de negocio de narcolavado y corrupción. Es decir: mugre, sangre, pelos y muerte.
Andrés Manuel López Obrador no ha ido a Washington. Y la razón principal es que al ruco no le saben nada. That’s a real fact. Sí reconoció que fue invitado por su homólogo gabacho cuando hablaron por teléfono en diciembre del año pasado. Fue una llamada “amistosa”, meses antes de que Trump dijera que México se convirtió en un “sándwich migratorio”. El despliegue de la Guardia Nacional para evitar el cruce ilegal de migrantes fue para evitar un diferendo con Estados Unidos, sin que eso signifique le le hayan leído la cartilla. Y es que confrontarse hubiera significado un golpe doble para el viejo: uno en el terreno económico y otro en aventarse un tiro que en estos momentos no se puede disputar.
“Estoy en posibilidades de ir a Washington”, advirtió, “pero creo que, tanto para él como para nosotros, tiene que haber un motivo». La visita estaría condicionada no por los gringos, sino por los mexicanos.
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La inteligencia americana podrá saber (casi) todo de nuestros presidentes, pero no de la farándula delincuencial. Personajes históricos de la mafia mexicana han logrado escabullirse en sus caras. Tal es el caso de Ramón Arellano Félix, uno de los fundadores del Cártel de Tijuana, quien vivió en Los Ángeles después del asesinato del cardenal Posadas Ocampo, perpetrado en 1993.
Ramón engordó, se dejó el cabello largo y se pintó de güero. Un día paseaba en Hollywood frente al Teatro Chino, vestía una gorra Nike, lentes negros y una jersey de Michael Jordan. Rupert Jee, dueño de una tienda de delicatessen en Nueva York y colaborador habitual del antiguo Late Show de David Letterman, se le acercó. La producción de Letterman grababa un sketch en el que Rupert le hacía una broma al capo. «No entiendo», le dijo Ramón, mientras intentaba evitar a Jee, quien lo estaba chingue y chingue a la vez que un millón y medio de personas lo veían en televisión abierta. En el segmento, Jee llama la atención sobre Ramón gritando: «Oigan, todos, ¡es Michael Jordan! ¡Mira!”, para el deleite de la audiencia presente en el estudio del Late Show. Todo mundo se cagó de la risa. Ramón tenía una bolsa negra colgada en el hombro, en la que ocultaba una pistola.
Los gringos se dieron cuenta de todo esto hasta años después. También eso me lo contó el agente.
Y para deleite de los lectores soberanos aquí está una foto de Ramón en el show de Letterman:
Y aquí está el video. Ramón aparece en el minuto 2:05:
Juan Carlos Reyna. Escritor, músico y productor de contenidos mexicano.
Su libro más reciente es El Extraditado, basado en sus conversaciones
con el fundador del Cártel de Tijuana. Es productor periodístico
de Confesiones de un sicario, nominado a los premios Emmy,
e investigador de la primera temporada de Narcos México, de Netflix.
Como músico fue colaborador durante una década del Colectivo Nortec.
@juancarlosreyn_
