Manifestantes pro-palestinos se concentraron este viernes frente al centro de entrenamiento de la selección italiana de futbol en Coverciano, Florencia, para exigir la cancelación del partido de clasificación rumbo a la Copa del Mundo que Italia disputará contra Israel el próximo 14 de octubre en Údine.

La protesta se enmarcó en una huelga nacional que movilizó a más de dos millones de personas en toda la península, convocada por el mayor sindicato del país. Las manifestaciones también respondieron al bloqueo de una misión de ayuda humanitaria por parte de las fuerzas israelíes, lo que ha generado una ola de indignación en Europa.

Del otro lado de la calle del complejo deportivo, decenas de manifestantes desplegaron una pancarta con el mensaje: “Detengamos el sionismo con la resistencia”. A través de un megáfono, uno de los líderes de la movilización cuestionó:

“¿Cómo pueden seguir permitiendo que Israel, un estado sionista y criminal, juegue partidos de futbol?”.

Aunque los jugadores de la selección italiana no se encontraban en el lugar, el equipo tiene previsto reunirse el próximo lunes en ese mismo centro de entrenamiento.

Italia en medio de la presión internacional

La UEFA analiza desde hace meses la posibilidad de suspender a Israel de las competencias oficiales debido a la guerra en Gaza. Sin embargo, hasta ahora, el organismo se ha limitado a reforzar medidas de seguridad en torno a los encuentros.

Este no es el primer episodio de tensión: en octubre pasado, Italia recibió a Israel en Údine en la Liga de Naciones. A pesar de las manifestaciones previas, el partido se llevó a cabo bajo un fuerte dispositivo policial y terminó con victoria italiana 4-1.

Una huelga que paralizó al país

Las movilizaciones no se limitaron al ámbito deportivo. El viernes, miles de trabajadores y estudiantes bloquearon autopistas, provocaron retrasos en cientos de trenes, cancelaciones de vuelos nacionales y el cierre de escuelas públicas y privadas.

En Milán se registraron los momentos más tensos, cuando manifestantes lanzaron botellas contra la policía en la circunvalación de la ciudad. Los agentes respondieron con bombas de humo para dispersar a la multitud.

Las protestas se multiplicaron en toda Italia desde el miércoles por la noche, después de que la marina israelí interceptara a la Flotilla Global Sumud, deteniendo a sus activistas y reforzando la narrativa de represión que alimenta el rechazo internacional a Israel.