La epidemia que azota al mundo trae aparejado un parásito: las noticias e información falsa causando estragos en el ánimo de las poblaciones. Parece una mezcla perfecta: encierro forzoso y una saturación de información de dudosa calidad a través de las redes sociales y medios tradicionales de información de muy dudosa reputación y ética periodística.
México es el segundo país con mayor difusión de noticias falsas a nivel mundial. Las redes sociales más usadas por los mexicanos son WhatsApp, YouTube, Twitter, Instagram y Facebook; de estos usuarios se considera que 70 millones aseguran haber recibido algún tipo de mensaje erróneo o noticia falsa.
Van unos cuantos ejemplos de este tipo de noticias falsas o fake news. El Diario de Juárez publicó hace tres días en su primera plana una fotografía donde aparecen bolsas de plástico tiradas en la calle con supuestos cadáveres acompañada del título “Prueban con fotos muertos por COVID-19 en hospital de Ciudad Juárez”; en la nota se afirma temerariamente que el gobierno “podría” estar maquillando la cifra de muertos en la entidad. A lo anterior tuvo que salir casi inmediatamente el Instituto Mexicano del Seguro Social para aclarar en un comunicado oficial que la información era falsa y que la fotografía correspondía a otros países.
Otra muestra. El comediante Eugenio Derbez leyó en sus redes sociales una carta atribuida a un supuesto doctor de la clínica 20 de Tijuana, Baja California, en la que hacía un llamado de auxilio al no contar con equipos y materiales de protección. De nueva cuenta el IMSS de Baja California salió a responder que no existía ningún médico con ese nombre trabajando en ningún hospital de la entidad además de solicitarle al cómico que no difundiera noticias falsas.
Por ultimo el día de ayer a través de diversas publicaciones sobre todo en Facebook, circuló el supuesto mensaje del secretario de educación Estaban Moctezuma Barragán en donde se les avisaba a los docentes de los sistemas estatales que les sería retenida la mitad de su sueldo quincenal con el fin de adquirir insumos y equipo médico así como lo hizo con los otros casos salió a desmentir la información el secretario ese mismo día.
Por razón de espacio solo comento esta pequeña muestra pero a la lista se van sumando diariamente infinidad de notas falsas tanto a nivel local como federal; de esto surgen de manera inevitable reflexiones en torno a la intencionalidad de las mismas, ¿intereses económicos afectados? ¿Intereses políticos en juego? ¿Ganas de desestabilizar a la sociedad difundiendo este tipo de información falsa? Si a esto le agregamos la incertidumbre producida por el encierro y el distanciamiento social al que estamos sometidos casi todos, darán como resultado la creación de una situación de intranquilidad, miedo colectivo y frustración entre amplios sectores de la población acostumbrada a no comprobar la veracidad de este tipo de notas e información.
En la antesala de la tercera década del siglo XXI no tengo duda que estamos a punto de presenciar el nacimiento de un nuevo mundo y de que un sentimiento de fragilidad recorre a la sociedad al darnos cuenta que enfrentamos retos que ya considerábamos superados tales como crisis en los sistemas democráticos mundiales, de los sistemas de salud, una desigualdad social y económica en aumento, con todos los procesos que esto significa, la emergencia medio ambiental. Y si a toda esta ecuación sumamos la ola de noticias falsas y desinformación en la que parece que estamos a punto de ser arrasados, se nos presenta un futuro incierto y lleno de nubarrones en el horizonte; aquí es donde se vuelve urgente una reflexión personal y colectiva: revisar con calma la información que nos llega, meditar sobre la veracidad de la misma y de ser posible apegarnos a lo que nos informan las fuentes oficiales y los medios de información, locales y nacionales, con ética periodística probada.
Verónica Villegas.Feminista en construcción, Maestra en Administración Pública y docente universitaria, actualmente estudiante del Doctorado en Educación, Arte y Humanidades (UACH) becada por Conacyt con línea de investigación en historia e historiografía de la educación
Twitter:@AprendizDeJedi