Luego de que este miércoles fuera hallado el cuerpo de un migrante atorado entre las boyas y el cerco de alambre que instaló el estado de Texas en el río Bravo, la mañana de este jueves el Gobierno de México localizó un segundo muerto en la frontera natural entre México y Estados Unidos.
Se tratan de las prismas consecuencias de la infraestructura antiinmigrante que colocó el gobernador Greg Abbott sin permiso de ninguno de los dos gobiernos federales.
“Autoridades del Departamento de Seguridad de Texas notificaron al Consulado de México en Eagle Pass que encontraron el cuerpo de una persona sin vida atorado en la parte sur de las boyas”, explicó la Cancillería mexicana en un primer comunicado.
Mientras que en “un hecho separado”, “un segundo cuerpo fue encontrado aguas arriba por el Grupo Beta Piedras Negras, con aproximadamente cinco kilómetros de separación entre ambos”.
Desde que fueron colocadas las boyas antiinmigrantes, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha reiterado su llamado a Abbott a retirarlas. También envió una nota diplomática a su homólogo Joe Biden, quien demandó a Texas por la medida.
También ha provocado la alerta de migrantes que han manifestado que algunas personas ya se han quedado atoradas en el cerco y tuvieron que ser rescatadas.
Ante estos hechos, el Gobierno de México reiteró su postura sobre que estas boyas significan “una violación a nuestra soberanía e impacta en la seguridad, integridad y derechos humanos de las personas migrantes”.
“Es una acción que no corresponde a la relación estrecha que han mantenido los gobiernos de EE.UU y México”, agregó.