La inseguridad en Torreón quedó nuevamente en evidencia tras el asesinato registrado ayer en el Mercado Alianza, a tan solo 30 metros de una caseta de vigilancia de la Policía Municipal. El crimen ha encendido las alarmas sobre la falta de preparación, el déficit de personal y la ineficacia de la corporación de seguridad bajo el mando del alcalde Román Alberto Cepeda y el director de seguridad, César Antonio Perales.
Seguridad en Torreón: mérito de la ciudadanía, no de la autoridad
Aunque Torreón es considerada una de las ciudades más seguras del país, este reconocimiento no es resultado de la estrategia de la administración municipal, sino del esfuerzo coordinado de comerciantes, empresarios, académicos y vecinos organizados, quienes han construido redes de cooperación para mitigar la inseguridad. Sin embargo, cuando la autoridad no cumple con su deber, la vulnerabilidad se hace evidente.
El hecho de que un homicidio ocurra a plena luz del día, en una zona de alto tránsito y a escasos metros de una caseta de vigilancia, sin que la policía previniera el crimen o reaccionara de inmediato, pone en duda la operatividad y capacidad de respuesta de la corporación.
Deficiencias y debilitamiento de la policía municipal
Desde hace meses, se ha denunciado que la Policía Municipal de Torreón opera con un número insuficiente de elementos, muchos de los cuales no cuentan con la capacitación necesaria y han sido señalados por corrupción y abuso de poder. Además, la decisión del alcalde Román Cepeda de desmantelar al Grupo de Reacción Torreón (GRT) debilitó aún más la capacidad operativa de la policía, dejando expuestas zonas clave de la ciudad.
Exigen cuentas al gobierno municipal
Este crimen es una llamada de atención. Desde el Congreso del Estado se exige a Román Cepeda y a César Antonio Perales que rindan cuentas sobre las deficiencias en la corporación y el número real de policías activos en la ciudad. También se demanda la implementación de acciones inmediataspara corregir la falta de personal, mejorar la capacitación y garantizar una respuesta eficaz ante la delincuencia.
Torreón no puede conformarse con promesas vacías ni con discursos que minimicen la realidad. La seguridad no es un eslogan, es una obligación, y los ciudadanos exigen soluciones concretas.