Con motivo del 80 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi, el gobierno de Rusia confirmó la presencia de al menos 29 jefes de Estado y de Gobierno en el tradicional desfile militar del Día de la Victoria, que se celebrará este viernes en Moscú.
Entre los mandatarios confirmados destacan Xi Jinping (China), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Nicolás Maduro (Venezuela), Alexander Lukashenko (Bielorrusia) y Miguel Díaz-Canel (Cuba), quien arribó a Moscú este martes tras una escala en San Petersburgo.
En esta edición del desfile, considerado clave por el Kremlin en el contexto del conflicto en Ucrania, también participarán soldados de 13 países, incluidos contingentes de China, Egipto, Vietnam, Birmania y naciones de Asia Central, reforzando la imagen de respaldo internacional al gobierno de Vladimir Putin.
Desde América Latina, además de Venezuela, Brasil y Cuba, otros países de África, Asia y Europa del Este estarán representados. Entre ellos figuran los mandatarios de Indonesia, Burkina Faso, Bosnia, Irak, Zimbabue, Congo, Etiopía y Guinea Ecuatorial.
La presencia del primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, ha generado particular atención, ya que se aparta de la postura de la Unión Europea. Fico defendió su asistencia argumentando la soberanía de su país y rindiendo homenaje al Ejército Rojo por su papel en la liberación de Eslovaquia durante la Segunda Guerra Mundial.
También asistirá el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, líder de un país aspirante a ingresar a la UE, lo que ha provocado reacciones en Bruselas. La alta representante de Política Exterior del bloque europeo, Kaja Kallas, advirtió que la participación oficial de países europeos o candidatos en estos actos “no será tomada a la ligera”.
Por su parte, el gobierno de Ucrania emitió una advertencia directa a los países que enviarán tropas al desfile, asegurando que marchar junto a soldados rusos en la Plaza Roja sería visto como “compartir la responsabilidad” por las acciones de Moscú en el conflicto actual.
El discurso de Vladimir Putin se llevará a cabo este jueves desde la Plaza Roja, ante una audiencia que incluirá a los mandatarios de China y Brasil, en un evento que el Kremlin busca proyectar como muestra de respaldo global ante el aislamiento occidental.