La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) atraviesa su momento más crítico en 75 años. En la cumbre celebrada este martes en La Haya, los líderes del bloque enfrentan cuatro crisis simultáneas: seguridad, preparación militar, prioridades estratégicas y confianza mutua, según un reporte de Bloomberg.
Aunque el secretario general, Mark Rutte, prometió «decisiones audaces» para hacer de la OTAN una fuerza «más letal», la cumbre se ve empañada por serias discrepancias internas y la ausencia de aliados asiáticos clave, como Corea del Sur y Japón.
Disputas por el gasto militar
La propuesta de Donald Trump para elevar el gasto en defensa al 5 % del PIB ha generado fuertes fricciones. Países como España y Eslovaquia rechazan el aumento, por considerarlo desproporcionado e insostenible. La vicepresidenta española, Yolanda Díaz, fue tajante:
“No vamos a permitir que desde EE.UU. nos den lecciones”. Finalmente, Madrid logró una exención del incremento.
Fisuras en el eje Asia-Pacífico
Tampoco acompañan los socios estratégicos del Pacífico. El presidente surcoreano, Lee Jae-myung, y el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, cancelaron su participación. Las tensiones comerciales con Washington y el reciente ataque estadounidense a Irán han generado resquemor y desconexión diplomática.
Japón, que prevé aumentar su gasto en defensa al 2 % del PIB para 2027, se muestra reticente a seguir cediendo ante las presiones de Trump y la narrativa de la «amenaza china».
¿Amenaza rusa o estrategia de presión?
Desde Moscú, el portavoz presidencial Dmitri Peskov y el propio Vladimir Putin han criticado que la OTAN utiliza una «amenaza rusa imaginaria» para justificar su expansión militar. Según el Kremlin, la cumbre busca inflar los presupuestos de defensa mediante el miedo.
📝 On the agenda at this week’s #NATOsummit:
✧ Increasing defence investment
✧ Ramping up defence production
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— NATO (@NATO) June 24, 2025