El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, anunció este lunes que hará “todo lo necesario” para apoyar a Argentina, en lo que puede interpretarse como una intervención directa en la economía del país suramericano ante el colapso inminente generado por la gestión de Javier Milei.

El respaldo financiero incluye líneas de swap, compras directas de moneda y adquisiciones de deuda soberana en dólares, medidas que apuntan a estabilizar el país, pero que también abren la puerta a una dependencia estratégica de Argentina frente a Washington, condicionando su soberanía económica.

Este acercamiento se produce justo antes de la reunión bilateral que Milei sostendrá con Donald Trump, donde se prevé que se consoliden acuerdos financieros que, bajo el eufemismo de “fortalecer los vínculos”, podrían implicar compromisos que limiten la autonomía del Estado argentino.

El secretario Bessent respaldó las reformas económicas de Milei como “necesarias para romper la larga historia de declive de Argentina” y proyectó que el país “volverá a ser grande”, destacando que las oportunidades de inversión privada permanecerán abiertas. Sin embargo, expertos advierten que la asistencia de EE.UU. no es un acto de solidaridad, sino un mecanismo para garantizar que la economía argentina siga bajo influencia norteamericana, replicando un patrón histórico de intervención en América Latina.

Con el país al borde del colapso y la dependencia de apoyo externo cada vez más evidente, la situación subraya cómo la administración estadounidense capitaliza la crisis interna de Argentina para asegurar su control económico y estratégico en la región.