Pluma Patriótica

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2022, año de Ricardo Flores Magón

Ricardo Flores Magón tenía apenas 19 años cuando por primera vez estuvo preso por sus ideas políticas; desde prácticamente su infancia, toda su juventud y hasta el último suspiro de su existencia fue un auténtico dirigente revolucionario; un visionario y un radical libertario. Por eso, evocarlo siempre ha sido incómodo para intelectuales orgánicos y otros lacayos de la mafia de poder, quienes piensan que por describirlo como «un anarquista» lo descalifican, desde su ignorancia desconocen las aportaciones —en la teoría y praxis— de un hombre, que al lado de su familia amó la libertad para su Pueblo, y cuya congruencia es un rayo de luz en cielo sereno que incita a la rebeldía contra toda injusticia.

Asimismo, algunos extremistas «de izquierda» cuestionan que el gobierno de México que encabeza Andrés Manuel López Obrador reivindique al legendario revolucionario a cien años de su muerte, quizá porque lo prefieren encapsulado en un altar de fetiches, y no como inspiración de nuevas transformaciones populares.

No se podría entender la Cuarta Transformación de México sin la obra de personajes que —ante propios y extraños— han sido incómodos por tener otra idea del poder, que no promovieron este concepto como forma de dominación, cómo Ricardo Flores Magón, quien junto con otros pensadores prácticos y sentipensantes de otras épocas como José Revueltas, nos han remitido a la mística del desprendimiento de lo terrenal para volar a la utopía, dónde la generosidad con el oprimido no conoce límites.

Las convicciones políticas que sostuvieron los hermanos Jesús, Enrique y Ricardo Flores Magón, fueron la principal herencia que recibieron de sus padres:  Teodoro Flores y Margarita Magón. Durante la intervención francesa, la pareja se conoció al calor de la batalla de Puebla (1863) y coincidieron como fervientes partidarios de la defensa de la República; más tarde siendo ambos viudos, se juntaron y procrearon en la comunidad de San Antonio Eloxochitlán, en los límites de Puebla y Oaxaca, a sus tres hijos varones. Sin salir de la pobreza material, llevaron desde pequeños a sus hijos a vivir a la Ciudad de México, donde tuvieron la oportunidad de estudiar, situación que no existía en la región mazateca.

Por la raíz india de su padre y por la firmeza de su madre, Ricardo Flores Magón y sus hermanos crecieron en una familia que siempre reivindicó su pertenencia al Pueblo humilde y oprimido; no es casual que en su acción revolucionaria se sintieran orgullosos de estas raíces populares. Al tiempo que iban estudiando la carrera de Leyes para defender al Pueblo, su padre un veterano liberal juarista, retomaba el origen indio de su cultura política y les enseñaba a sus hijos a apreciar los valores comunitarios que despreciaban la acumulación de riqueza y buscaban el bienestar colectivo.

Estas fueron las convicciones más profundas inculcadas en Ricardo Flores Magón con las que comenzó a unirse a las manifestaciones estudiantiles en contra de las continuas reelecciones de Porfirio Díaz, y practicó el periodismo como táctica de lucha para denunciar a la dictadura.

En 1892, cuando el joven Ricardo cayó por primera vez en la cárcel, al mismo tiempo comenzó a redactar artículos de denuncia en El Demócrata de Joaquín Clausell. Después, Ricardo y sus hermanos fundan su propio diario Regeneración, que es duramente censurado, perseguido y clausurado por el régimen, por ello pasan a colaborar en El Hijo del Ahuizote —que ilustraba José Guadalupe Posadas—, desde su tinta irreverente Ricardo Flores Magón denuncia: “La Constitución ha muerto”, y cuelga una manta con esa frase en las oficinas del periódico el 5 de febrero de 1903, entonces arrecia la persecución en su contra y son recurrentes las estancias en la cárcel; hasta que abiertamente se prohíbe la publicación de cualquier texto firmado por los hermanos Flores Magón, o la impresión de cualquier periódico en contra de la dictadura.

El exilio es obligado para salvarse de las órdenes de hacer callar a Ricardo Flores Magón. A partir de 1904 su activismo se trasladó a los Estados Unidos para desde ahí volver a publicar Regeneración, y hacerlo llegar de contrabando de mano en mano a todos los rincones del país.  Con este medio de denuncia, información y organización se formaron los dirigentes de las huelgas precursoras de Cananea y Río Blanco, así como futuros dirigentes y militares que participaran en la Revolución armada y se animaron los clubes liberales que fueron la semilla ideológica del porvenir.

En 1905, Ricardo y Enrique, desde el exilio, auspiciaron y organizaron el Partido Liberal Mexicano que publicó su primer Programa en 1906, a partir de recopilar los problemas y las necesidades que le hicieron llegar a la junta redactora todos los suscriptores de Regeneración. El Programa del PLM plasmó y ordenó muchas de las demandas más sentidas del pueblo de México, y es el antecedente directo de ideario social y político que sostuvieron los revolucionarios más radicales en la Constitución de 1917.

Ricardo Flores Magón, el más ferviente sembrador de la lucha revolucionaria, alejado de su tierra y hasta de su hermano mayor, estuvo presente a partir de sus ideas en los años convulsos en que la revolución cambió el rostro más oscuro de México, que con Porfirio Díaz tenía forma de explotación, servidumbre y esclavitud. Pero él nunca renunció a la acción “la rebeldía es la vida, la sumisión es la muerte” solía decir, e hizo desde el exterior constantes llamados a la revuelta y a levantarse en armas, que tuvieron resultados con las tomas de Mexicali y Tijuana en 1911. Por sus ideas de avanzada que desarrolló durante el exilio y las constantes estancias en prisión, se terminó por convertir en un referente mundial de las reivindicaciones socialistas y anarquistas, un hombre que nunca renegó de la fuerte raíz libertaria que ya existía en nuestras tradiciones más profundas y ancestrales.

«Somos radicales. La palabra radical viene de raíz, y nosotros queremos arrancar de raíz al régimen corrupto de injusticias y privilegios. Claro que somos radicales”, ha dicho Andrés Manuel López Obrador. En este año 2022 que inicia, la Cuarta Transformación rendirá un justo reconocimiento a la vida y obra de Ricardo Flores Magón, en el centenario de su desaparición física, cuando su legado está más vivo que nunca y es menester honrar con hechos sus ideales de libertad.

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