México está viviendo una Transformación profunda que se refleja en una serie de cambios concretos que están impactando directamente la vida de millones de mexicanos. La Cuarta Transformación, más que un conjunto de políticas, es una reconfiguración de las prioridades del país, donde el bienestar de las personas está en el centro de todo. Aunque los retos son inmensos, los avances en áreas como el bienestar social, el acceso a los derechos fundamentales y el fortalecimiento de la economía interna se visibilizan con claridad.
Lo más notable es el impulso a los programas sociales que han transformado las condiciones de vida de millones. A través de iniciativas como las becas para estudiantes, el apoyo a los adultos mayores y los programas de bienestar, más de 30 millones de mexicanos se han visto beneficiados, lo que representa un verdadero cambio en el paradigma de la asistencia social. Estos programas no son solo una medida paliativa, sino un esfuerzo por integrar a los sectores más vulnerables en la vida económica y productiva del país. Esta es una respuesta a la desigualdad que ha marcado a México durante décadas.
En el terreno de la salud, también se han dado pasos importantes. El fortalecimiento del sistema de salud pública ha permitido que, en 2024, las consultas médicas gratuitas hayan aumentado un 25% respecto al año anterior, beneficiando principalmente a las comunidades más alejadas y aquellas históricamente excluidas del sistema de salud. Este esfuerzo será reforzado con el programa Salud Casa por Casa. Este aumento no solo tiene un impacto directo en la vida de las personas, sino que refleja el compromiso del gobierno con un modelo de salud inclusivo, donde el acceso universal a la atención médica es una realidad.
Otro de los avances más visibles ha sido la inclusión social. El gobierno ha centrado esfuerzos en garantizar que grupos históricamente marginados, como las mujeres y las comunidades indígenas, tengan acceso a las mismas oportunidades. En términos de participación política, la presencia de mujeres en puestos de toma de decisiones ha aumentado significativamente, alcanzando más del 40% de los puestos en el gabinete federal. Este es un paso importante hacia una sociedad más justa, que da espacio a todas las voces.
En lo económico, y aunque la coyuntura internacional presenta retos como la inestabilidad global y las amenazas comerciales, el gobierno ha logrado mantener una economía relativamente estable. No se puede negar que factores externos influyen, pero las políticas de redistribución de la riqueza y el fomento al consumo interno han jugado un papel clave. A pesar de las crisis externas, como las amenazas de aumentos arancelarios o la pandemia, la economía mexicana ha demostrado ser resiliente, y la estabilidad del peso frente al dólar es un reflejo de esa solidez interna.
Sin embargo, la Cuarta Transformación no está exenta de críticas, y es fundamental abordar estas críticas no como un obstáculo, sino como una oportunidad para nutrir el proceso. La vida política del gobierno, que involucra su gestión y decisiones, debe ser analizada y debatida de manera constructiva. Al mismo tiempo, es esencial distinguir entre política pública, política electoral y la vida política del gobierno. Las políticas públicas son el marco en el que se desarrollan las acciones concretas, mientras que la política electoral está centrada en las elecciones y la lucha por el poder. La crítica debe estar enfocada en cómo las políticas públicas pueden mejorarse, no necesariamente en un afán de atacar al gobierno de forma partidista o electoral. En cuanto a las crisis de derechos humanos, es importante entender que muchas de ellas no son un fenómeno reciente, sino que tienen un contexto histórico y complejo que debe ser abordado de manera profunda y objetiva.
El país enfrenta, y seguirá enfrentando, retos en materia de justicia social, desapariciones forzadas, violencia contra mujeres y comunidades vulnerables. Estas crisis no deben ser ignoradas, pero tampoco deben ser utilizadas como un medio para desacreditar todo el trabajo que se ha hecho, sino como una herramienta para exigir mejoras y ajustes necesarios.
La Cuarta Transformación no está exenta de críticas y desafíos. Sin embargo, lo que es innegable es el cambio de enfoque que ha permitido a los sectores más vulnerables tener un papel activo en la construcción del país. La redistribución de la riqueza, el impulso al consumo interno y el fortalecimiento de la economía no son solo una promesa, son una realidad da frutos en el bienestar de la población mexicana.