Pluma Patriótica

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Democracia incipiente (IX)

Carlos Salinas de Gortari

“- ¿Se cayó el sistema?
No. Se calló: dejó de hacer ruido.”
Carlos Salinas de Gortari en Proceso, editorial Grijalbo.

En mi colaboración anterior, hablé sobre el gris entre los grises Miguel de la Madrid Hurtado, el primer presidente neoliberal que tuvimos, egresado de una universidad gringa donde -tal vez sin saberlo- fue inducido a la doctrina de Lansing, Abucheado por incompetente y pasmado, nos heredó a un candidato ambicioso y un “francesito” eficiente, ambos siniestros y dañinos.

¿Qué se puede decir de Salinas que no se haya dicho antes? ¿Que llegó a la presidencia mediante un colosal fraude electoral? ¿Que nombró a Fernando Gutiérrez Barrios, el súper policía asesino y torturador, como secretario de Gobernación? ¿Que durante su gestión fueron asesinados (literalmente) centenares de opositores y media centena de periodistas? ¿Que privatizó casi 400 empresas estatales y que dichas privatizaciones crearon una casta de multimillonarios Forbes que continúan medrando con los bienes nacionales? ¿Que firmó un Tratado de Libre Comercio que terminó de destartalar la incipiente industria nacional y pauperizó aún más a un país de por sí en crisis? ¿Que intentó ocultar la galopante inflación quitándole ceros a la moneda? Etcétera.

Para efectos de esta serie de artículos, he de decir que el periodo de Salinas fue uno de los más antidemocráticos que hemos padecido. Durante su sexenio, para afianzarse en el poder, tuvo que hacer alianzas (“concertacesiones” les dirían después) con Acción Nacional (el nacimiento del PRIAN) para poder tener gobernabilidad y una estabilidad relativa a base de sobornos o muerte (plata o plomo).

Incluso la sucesión presidencial estuvo marcada por el alzamiento zapatista, la muerte de Colosio y de Ruiz Massieu entre otros eventos desafortunados. Con estas acciones, se cumplió con el viejo axioma de que “lo que mal empieza, mal acaba”.

A 30 años de distancia, Salinas sigue siendo una figura controversial. Las pocas entrevistas que concede, sus escasas apariciones públicas y los libros que escribe y publica (mamotretos de al menos 900 páginas cada uno) están siempre llenos de evasivas y exculpaciones, a saber: él no mató a Colosio, él no fue responsable de “los errores de diciembre”, él no tuvo nada que ver con la muerte de opositores, él no cometió fraude, él no tuvo nada que ver con “la caída del sistema”, etc.

Salinas representa en este contexto, el primer presidente impuesto en contra de la voluntad popular mediante un fraude electoral. Habrían de venir otros fraudes para imponer a personajes siempre menores y siempre siniestros, dispuestos a entregar los bienes de la nación a cambio de puestos, dinero, poder o influencias. El fenómeno de las llamadas “puertas giratorias” empezaría a verse durante su gestión: administradores de empresas trasnacionales en puestos de responsabilidades públicas y funcionarios contratados por empresas que fueron beneficiadas con contratos o privatizaciones. La corrupción fue el principal sello de esa administración.

1988 fue un parteaguas en la vida democrática de nuestro país. A partir de esas elecciones, la oposición tiene posibilidades reales y serias de hacerse con el poder. Faltan muchos años para que eso suceda, pero la competencia por la presidencia de México nunca volverá a ser igual. El PRI monolítico empieza a desmoronarse y a hacer agua por todas partes. Ernesto Zedillo sucederá a Salinas en medio de una crisis financiera e institucional que terminará por llevar al PRI a la derrota, pero de eso hablaremos en la próxima entrega.


A manera de colofón

Tuve la oportunidad de asistir al Zócalo con mi familia a escuchar a la Presidenta Claudia Sheinbaum en el informe de sus primeros 100 días de gobierno. En un mensaje claro, conciso y lleno de datos y cifras, el evento se desarrolló en paz y con gran alegría.

La aprobación que le dan las casas encuestadoras, del 80% y más fue evidente en esta concentración. La asistencia -calculada en más de 300 mil personas- da cuenta de eso. Salvo que se verifique con mítines anteriores, yo no recuerdo que tanta gente asistiera a un evento político de esa naturaleza. Ni siquiera durante el proceso de desafuero del expresidente López Obrador, el Zócalo lució tan lleno de vida y esperanza.

Larga vida a nuestra Presidenta y a su mensaje de apoyo y solidaridad con los migrantes allende las fronteras y larga vida a nuestra Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, que ante las balandronadas y bravatas de Donald Trump dio un mensaje de dignidad, mesura y sobriedad: A México se le respeta… y yo agregaría: “gringos hijoep…”.

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