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Justicia por propia mano en México

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En México, la justicia por propia mano —sobre todo con violencia, por parte de la ciudadanía— se ha convertido en un problema preocupante, no solo por las consecuencias que evidentemente deben existir, sino por la normalización y efectos que genera.

El primer detonante que me viene a la mente es la percepción de ineficacia por parte de las instituciones (cualquiera que sea su función); es decir, cuando se cree que las autoridades no están cumpliendo con su deber de protegernos y castigar a quienes delinquen, la gente opta por recurrir a la auto tutela, como una forma de suplir esa supuesta ineficacia. Otros factores que contribuyen a este fenómeno, son la impunidad y la falta de acceso a la justicia (la aplicación de la ley, no siempre justa ni efectiva).

Hoy, quiero contar e hilar el tema a través de 3 historias, para que cada quien extraiga los elementos, más allá del hecho violento, ya que estos fenómenos que terminan en desgracia, tienen diversos matices:

  1. El caso de Carlota “N”, de 73 años, acusada de disparar contra presuntos invasores de su propiedad en Chalco, Estado de México. El precedente es una denuncia por despojo a la casa de esta adulta mayor; sin embargo, días después, ella ya “cansada” de la ilegal ocupación de su domicilio, llegó armada y abrió fuego contra los supuestos usurpadores, dándole muerte a un adulto y un adolescente.
  2. Apenas hace dos semanas, en mi estado, Veracruz, la comunidad de Coatepec vivió momentos terroríficos, pues tranquilamente caminando, fue captado un hombre con una cabeza humana en mano. Lo que obviamente causó pánico, empero el origen del homicidio va más allá de una simple riña.
    André Jared ‘N’, de 32 años de edad, fue aprehendido y llevado ante el Ministerio Público; previamente, mientras recorría las calles, repetía: “limpié mi vergüenza”. Al momento de su declaración, esa frase cobró sentido, pues confesó que un año atrás, la víctima –un hombre de 62 años- lo invitó a convivir, donde al parecer drogó a Jared y abusó sexualmente de él. En consecuencia, este joven, a lo largo de un año, planeó su venganza, y con el mismo método, una cita y previos narcóticos inducidos al hombre mayor, lo privó de la vida.
  1. Otro hecho violento ocurrió a las 2:29 de la madrugada del 12 de julio pasado, en Guadalajara, Jalisco, cuando una mujer –al parecer saliendo de su casa- discute con un hombre, ella golpea un vehículo que está ahí a la vista, gritándole a él, que se marche. El masculino abre una de las puertas del automóvil y saca un arma de alto calibre con la que dispara a la mujer, que cae al piso mientras un grupo de personas intentan socorrerla. Él por supuesto emprende la huida.

Ninguna de estas historias puede justificar la violencia; en alguna hubo contacto previo con las autoridades y, en otras, tal vez el hartazgo, desconfianza o normalización, impidió denuncias previas. Lo que sí ocurrió fue el involucramiento de cibernautas, quienes con furia y total desconocimiento de contextos tomaron partido, destacando comentarios llenos de violencia y odio. Me cuestiono si alguien que opina así, indefectiblemente, es un@ delincuente en potencia.

Lo narrado es una realidad, ¿cuál es la solución? Tal vez ninguna ahora mismo, está a la medida, pero en un plazo mediato, contamos con la nueva integración del poder judicial, que busca consolidar el Estado de derecho en nuestro país. Ya pasó la elección de personas juzgadoras; de hecho, está por calificarse su validez, sin soslayar que en medio de esto, hubo mítines de grupúsculos conservadores y privilegiados, confrontaciones políticas, y cuestionamientos sobre la viabilidad de este cambio de paradigma judicial. Hoy tenemos sobre la mesa, la independencia de esta institución, y si el Tribunal de Disciplina, saldrá victorioso en su “chamba” de combatir la corrupción e impunidad. Pero para fortalecer de manera integral la procuración e impartición de justicia, hay que “entrarle” a todas las instituciones, profesionalizando la labor, a través de fiscalías y juzgados.

Entonces, si la justicia por mano propia en México es un fenómeno que refleja desconfianza y frustración, de la población hacia el sistema judicial. Debemos conjuntar esfuerzos para reconocer que esta percepción no es justificación ni solución. Requiere apuntalar el trabajo de quienes ahora impartirán justicia, sin dejar de ser críticos y exigentes, para lograr eficacia absoluta. Paralelo a ello, hay que publicitar las acciones del estado, desmintiendo las fake news con constancia y paciencia, porque yo insisto, una sociedad informada, transforma un país.

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