En México se está construyendo una nueva forma no solo de gobernar, sino de ser país, que incluya a todos y todas, basada en la no discriminación, en donde todas las personas quepamos; en consecuencia, la elaboración del proyecto de la “Ley General de Derechos de los Pueblos Indígenas y Afromexicanos” marcará un hito en la visibilización de esos grupos culturales. Por primera vez en la historia de México hay una Senadora afromexicana por acción afirmativa, la Maestra Beatriz Mojica Morga, quien —con constancia, tenacidad y visón— ha logrado posicionar el tema en cada rincón de Guerrero y a nivel nacional, pues en algunas regiones ni siquiera sabían de la existencia del Pueblo afromexicano. Sin embargo, ahora, como parte de la Comisión de Pueblos Indígenas y Afromexicanos, ha logrado conjuntar a un grupo de expertas y expertos de los Pueblos indígenas y afromexicano en el Comité Técnico para la elaboración de la citada Ley.
Es importante reconocer la presencia de las mujeres en la construcción de los derechos de los Pueblos indígenas y afromexicanos, empezando por el activismo de la Senadora Beatriz Mojica, y reconociendo a miles de mujeres afromexicanas que han construido comunidad y redes de apoyo con mujeres y hombres indígenas, así como mestizas y mestizos, contribuyendo al sincretismo cultural, para luchar por sus derechos específicos. El 9 de agosto de 2019 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma constitucional que reconoce a los pueblos y comunidades afromexicanas como parte intrigante de la composición pluricultural de la nación mexicana. Antes de esta reforma, las personas afrodescendientes estuvieron siempre sujetas a una discriminación legislativa, pues la estructura novohispana propició su invisibilidad histórica, cultural e institucional; bajo el pretexto de igualdad ante la ley, no fueron considerados un grupo social en la conformación del país, con la idea de que ya “estaban incluidos”, por lo que no se vio por sus necesidades específicas, y no se reconocía que enfrentaban (y enfrentan) muchas formas de discriminación.
Ya se están aplicando programas y políticas destinadas a eliminar la pobreza con perspectiva de género y enfoque intercultural, tales como el Programa para el Bienestar Integral de los Pueblos Indígenas (PROBIPI) y el Apoyo Financiero a Mujeres Indígenas y Afrodescendientes Artesanas (MIAA). Será también de suma importancia trabajar por una imagen no estereotipada de las mujeres y niñas afrodescendientes, así como por asegurar la aplicación efectiva de las leyes encaminadas a prevenir la violencia de género, garantizando que las víctimas tengan acceso a la justicia. Las mujeres indígenas y afromexicanas que han padecido violencia, discriminación, así como aquellas figuras históricas que se revelaron y resistieron a los sistemas de opresión, están entrando a una nueva era para, por fin, ser tomadas en cuenta.