Ciudad de México a 18 noviembre, 2025, 13: 37 hora del centro.
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Los datos no mienten, la derecha los distorsiona

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Con la llegada de la Dra. Claudia Sheinbaum al poder, el rigor científico y la toma de decisiones basada en evidencia se han convertido en un sello distintivo de los gobiernos emanados de la Cuarta Transformación. En todos los niveles, el análisis de datos duros ha fortalecido la planeación y la evaluación de políticas públicas.

En este contexto, algunas figuras de la derecha han recurrido a tergiversar las cifras para construir narrativas que distorsionan la realidad.

Como ejemplo tenemos a Ricardo Anaya, quien durante la discusión del Presupuesto de Egresos 2024, aseguró que los gobiernos de la Transformación han endeudado al país de manera histórica, señalando que la deuda estimada para este año asciende a 20.2 billones de pesos. Sin embargo, esta afirmación omite información fundamental y es engañosa.

La deuda de una nación no se mide en moneda corriente —en este caso, pesos—, sino en su proporción respecto al Producto Interno Bruto (PIB), es decir, al valor total de los bienes y servicios producidos en un periodo determinado. Bajo este parámetro, la deuda de México pasó de 43.6% del PIB a 52.3%, un incremento de apenas 7%, derivado de factores globales como la pandemia, la crisis económica internacional y las tensiones geopolíticas que han afectado a la mayoría de las economías del mundo.

También es importante considerar que el valor del dinero cambia con el tiempo. Mil pesos actuales no equivalen a lo que representaban hace cuatro décadas, e incluso su valor es distinto al de hace siete años, cuando Morena asumió el gobierno federal. Las variaciones en el costo internacional del petróleo entre 2008 y 2025 son una muestra clara de cómo los contextos económicos influyen en las finanzas públicas.

Ante esto, queda en evidencia que la oposición miente descaradamente. Más que un debate, buscan sembrar confusión en la opinión pública.

Y ya que hablamos de endeudamiento, vale la pena recordar el vergonzoso episodio del Fobaproa, cuando se endeudó al pueblo de México para rescatar a unos cuantos banqueros y empresarios cercanos al poder, una carga que el país seguirá pagando hasta 2050.

El paquete económico aprobado por la mayoría de las y los legisladores de la Transformación destina recursos a salud, educación, vivienda y programas sociales, entre otros rubros de suma importancia, siempre priorizando a quienes más lo necesitan.

Es importante señalar que todos los países del mundo mantienen algún nivel de deuda, que, manejada con responsabilidad, permite financiar proyectos estratégicos y fortalecer su desarrollo. En el caso de México, la deuda se mantiene estable, responsable y sostenible, con una visión que tiene como eje principal al pueblo de México. La diferencia es clave: hoy se invierte para mejorar la vida y el bienestar de las personas, no para beneficiar a unos cuantos.

México no enfrenta una crisis económica; sino un debate público que exige rigor. En este contexto, queda al descubierto el relato de una derecha que olvida su propio legado de endeudamiento, privatizaciones y desigualdad.

Hoy, bajo la visión de la Dra. Claudia Sheinbaum, el proyecto nacional avanza hacia un crecimiento con bienestar, justicia y prosperidad compartida, donde las brechas de desigualdad se reducen y donde todas las personas puedan vivir con la dignidad que el modelo neoliberal negó durante décadas.

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