“Por el bien de todos, primero

“Por el bien de todos, primero los pobres”

Parece juego de palabras, pero nada más cierto hoy en día: la oposición no entiende que no entienden, el mensaje es muy claro y aun así no terminan de entender que el lema “por el bien de todos, primero los pobres” que escuchamos tantas veces en voz del presidente iba más allá de una frase política: fue y es toda una manera de ver y entender a México, ese México del que se han beneficiado de privilegios en los que viven y que les impide comprender en su totalidad. 

Equivocados los que creyeron que solo era una frase de campaña, desde hace más de un año se escucha a los conservadores nacionales, a los que pensaban que cambiaría el gobierno para quedar igual que siempre, los escuchamos alzar la voz indignados contra las políticas implementadas por la Cuarta Transformación hacia los grupos que históricamente marginaron del desarrollo. Lo que es peor: de pronto, surgen expertos en finanzas y economía para calificar a los programas sociales de inviables, populistas y electoreros; pretextos les sobran: si quieren dinero que trabajen, que los pobres siguen pobres porque no les gusta trabajar o no quieren. 

Andrés Manuel parte de un análisis que durante años ha realizado en sus recorridos por todo el país y de las conclusiones a las que llegó, es decir: el sistema político tal como estaba solo había fomentado por décadas un sistema económico y social que acrecentaba las desventajas y desigualdades  históricas en los grupos más vulnerables y marginados; el sistema neoliberal reproducía una serie de patrones o conductas sociales cimentadas en estereotipos, sesgos, prejuicios e inercias que han servido para mantener la notoria disparidad económica y una desigualdad social.

Los conservadores, en defensa del anterior sistema, se erigen como supuestos defensores de la legalidad, creyendo que la noción de igualdad se alcanza aplicando ciegamente la ley y volviendo a esta un instrumento de perpetuación de las desigualdades, es decir, proponen reglas del juego al parecer neutras, cuando la realidad es que estas mismas solo han servido históricamente a sus intereses. Esta igualdad formal margina a los más necesitados del acceso a oportunidades. 

El gobierno de la cuarta transformación está empeñado en corregir y compensar esta situación implementando proyectos y apoyos que ofrezcan un trato preferencial a los grupos históricamente marginados. Pongo el ejemplo de mi Estado, Chihuahua, y de las pensiones dirigidas a los adultos mayores y el programa de “Jóvenes construyendo futuro”, ambos sectores de la población que constantemente habían sufrido la discriminación institucional y social. El gobierno del Presidente López Obrador sabe que solo modificando las estructuras sociales será esto posible, acciones sociales dirigidas a dar un trato preferencial a los que no habían sido tomados en cuenta, que no han tenido las mismas oportunidades y que seguirán vigentes hasta que no se corrijan las injusticias y se logren los cambios estructurales en la sociedad y todos gocemos del acceso a las mismas oportunidades. 

Las reglas están dadas: en México se acabó el derecho al privilegio y ahora la igualdad es real, una igualdad en la que las posibilidades de alcanzar el bienestar social y económico dependan de cómo se aprovechan las oportunidades y no solo de la cuna en la que se nació.

 

Verónica Villegas.Feminista en construcción, Maestra en Administración Pública y docente universitaria, actualmente estudiante del Doctorado en Educación, Arte y Humanidades (UACH) becada por Conacyt con línea de investigación en historia e historiografía de la educación

@AprendizDeJedi

 

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