El panorama político mexicano ha cambiado radicalmente con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, y la oposición mexicana no ha tardado en mostrar su tradicional desorientación y su falta de visión en medio de esta nueva etapa. En lugar de actuar con la madurez que requiere la situación, los líderes de la oposición se han apresurado a ofrecer declaraciones que más parecen el eco de un miedo infundado que un análisis serio sobre la relación que México debe tener con su vecino del norte.
En su afán por subirse al tren del “no te preocupes, nosotros te defendemos”, los partidos como el PAN, PRI y Movimiento Ciudadano se han limitado a emitir comentarios vacíos y llenos de hipocresía. Jorge Romero, presidente del PAN, no ha encontrado mejor respuesta que comparar la Cuarta Transformación con el “bully” Trump: “A ese bully llamado 4T, le llegó otro bully más grandote llamado Donald Trump”, sin darse cuenta de que su partido, que durante años ha gobernado el país con políticas neoliberales y corruptas, carece de autoridad moral para hacer semejantes comparaciones.
Por su parte, Alejandro “Alito” Moreno, el líder del PRI, intenta buscar puntos de acuerdo con Trump, pero lo único que logra es mostrar su desesperación por recuperar algo de influencia ante el avance imparable de la 4T. El PRI se sigue aferrando al pasado, como un barco que se hunde pero que aún se resiste a soltar el ancla del poder. Los mismos que apoyaron políticas desastrosas y una relación subordinada con Estados Unidos ahora se rasgan las vestiduras como si tuviéramos que agradecerles por sugerir “unidad”.
Finalmente, Movimiento Ciudadano, que se presenta como la “alternativa”, parece más preocupado por el “voto joven” que por defender la Soberanía de México frente a las amenazas de Trump. Sus declaraciones sobre la avanzada edad del presidente estadounidense solo reflejan lo que realmente son: un partido atrapado en su propia irrelevancia, sin una visión clara sobre cómo enfrentar las relaciones internacionales en tiempos de polarización.
Mientras la oposición mexicana sigue atrapada en sus viejas fórmulas y discursos vacíos, México se enfrenta a un panorama complicado que requiere unidad y fortaleza. La Cuarta Transformación, está dejando claro que tiene la capacidad de enfrentar los desafíos de frente, sin esconderse tras palabrerías oportunistas.
La realidad es que, mientras Trump lanza sus amenazas, lo único que la oposición mexicana puede ofrecer es su ya conocida irrelevancia y subordinación.