El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), cuya supuesta función era garantizar la transparencia y rendición de cuentas, quedó en evidencia como un instrumento más del viejo régimen neoliberal para el desvío de recursos y el beneficio de unos cuantos.
El pasado 20 de febrero, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) reveló múltiples irregularidades en la gestión del INAI durante el ejercicio 2023, evidenciando que, lejos de ser un órgano al servicio del pueblo, operaba con prácticas de corrupción y despilfarro. La auditoría arrojó 11 resultados, de los cuales solo uno no presentó anomalías.
Entre los hallazgos más graves se encuentran:
- Pago excesivo en servicios de vigilancia: Se erogaron más de 2.3 millones de pesos en pagos a 17 elementos de seguridad, quienes cubrieron turnos de 24×24 horas de manera continua hasta por doce días seguidos, sin relevos ni justificación.
- Duplicidad de funciones y pagos irregulares: Se destinaron 1.8 millones de pesos al Despacho Milán Brito, S.C., por actividades que ya realizaba la Jefatura del Departamento de Contabilidad del INAI.
- Sueldos sin justificación: Tres servidores públicos recibieron 1.4 millones de pesos pese a que no desempeñaban las funciones establecidas en sus perfiles de puesto ni en el Manual de Organización del instituto.
- Gastos sin comprobación en paquetería y mensajería: Se realizaron pagos por 1.3 millones de pesos a la empresa B2B Mail & Courier Services, S. de R.L. de C.V., sin documentación que acreditara la prestación del servicio.
- Pagos a servicios de limpieza sin evidencia: Se entregaron 0.9 millones de pesos a la empresa Consorcio de Servicios Integrales para Oficina, S.A. de C.V., sin contar con listas de asistencia del personal de limpieza ni aplicar penalizaciones por incumplimientos.
- Incumplimiento de contratos en servicios digitales: ND Negocios Digitales, S.A. de C.V., recibió pagos por 0.5 millones de pesos sin que se aplicaran penalizaciones pese a la falta de conclusión de tareas estipuladas en contrato.
- Nepotismo descarado: Se identificaron lazos de parentesco entre servidores públicos del INAI, incluyendo padres, hijos, hermanos, primos, tíos y esposos, evidenciando una estructura de favores y tráfico de influencias.
- Designaciones internacionales sin justificación: Se detectó la falta de acreditación en la designación de comisionados del INAI para participar en comisiones internacionales, lo que pone en duda el verdadero propósito de estos nombramientos.
MOCHES Y PLAZAS A CAMBIO DE TRABAJO
Las irregularidades documentadas por la ASF son solo la punta del iceberg. En exclusiva para El Soberano, la comisionada Julieta del Río, quien denunció las redes de corrupción dentro del INAI, reveló que el organismo operaba bajo un esquema de «moches» y tráfico de plazas. Según su testimonio, para obtener un puesto dentro del instituto se exigían pagos ilegales o la asignación de plazas a recomendados de altos funcionarios.
En entrevista #Exclusiva para #SUBJETIVO, la Comisionada @JulietDelrio afirmó que quienes extorsionaron dentro del #INAI podrían pisar la cárcel.
Ve la entrevista completa en:https://t.co/1Nv7QFt4BJ pic.twitter.com/quun907Oiu
— El Soberano (@ElSoberanoMX) February 28, 2025
Viajes internacionales sin aprobación
Los comisionados del INAI realizaron viajes internacionales con dinero público sin contar con la autorización del Pleno, lo que representó un gasto de 437 mil 983 pesos.
Entre estos viajes destacan:
– Adrián Alcalá: viaje a Tallin, Estonia.
– Josefina Román Vergara: viajes a Tokio, Japón, y Bermudas.
– Blanca Lilia Ibarra: viajes a Manila, Filipinas; Bucarest, Rumania; Oxford, Reino Unido, y Bermudas.
Los hallazgos de la ASF y las denuncias de la comisionada Julieta del Río confirman lo que por años se sospechó: el INAI no era un garante de la transparencia, sino un refugio de corrupción, nepotismo y desvío de recursos.
Su inevitable desaparición
Los pagos irregulares, los viajes injustificados y la venta de plazas laborales no son simples errores administrativos, sino prácticas sistemáticas que ponen en duda la legitimidad del instituto. Ante esta evidencia, el cierre del INAI no solo es una medida lógica, sino una acción necesaria para terminar con su uso faccioso y abrir paso a un modelo de transparencia verdadero, tal como lo promete la nueva Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno.
 
				 
															



