El Banco de México (Banxico) estima que la inflación en el país alcanzará su objetivo del 3% hacia el tercer trimestre de 2026, en un contexto marcado por la desaceleración económica y la persistente incertidumbre internacional, incluida la posible imposición de aranceles por parte de Estados Unidos en caso de un eventual regreso de Donald Trump a la presidencia.
De acuerdo con las minutas de la última decisión de política monetaria del 27 de marzo, la mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno considera que el proceso desinflacionario sigue su curso, aunque advierten un escenario de crecimiento económico cada vez más débil.
Algunos miembros del órgano colegiado incluso señalaron que esta desaceleración podría derivar en una revisión a la baja de las expectativas de crecimiento para 2025, que actualmente se sitúan en un promedio del 0.6%, con un rango que va de -0.2% a 1.4%.
Riesgos de recesión y postura monetaria
Los integrantes de Banxico también alertaron sobre un incremento en la probabilidad de que México entre en recesión. Ante este panorama, uno de los miembros argumentó que la magnitud de la desaceleración justificaría relajar la postura monetaria restrictiva que se ha mantenido en los últimos años.
Sin embargo, advirtió que una economía debilitada por sí sola no garantiza la convergencia de la inflación hacia la meta del 3%. Si el índice de precios se mantiene en niveles elevados hacia finales de 2025 y 2026, como anticipan algunos analistas, será difícil continuar con los recortes en la tasa de interés, que actualmente se ubica en 9.0%.
Incertidumbre comercial con EE. UU.
En cuanto a la política comercial estadounidense, especialmente ante un posible endurecimiento arancelario impulsado por Trump, los integrantes de la Junta señalaron que un escenario de tarifas elevadas y sostenidas afectaría negativamente a las exportaciones mexicanas.
No obstante, advirtieron que este tipo de medidas deben analizarse con cautela, evitando caer en especulaciones. También destacaron la importancia de considerar posibles excepciones o esquemas diferenciados de tratamiento comercial que puedan mitigar el impacto sobre sectores clave de la economía nacional.
En resumen, Banxico mantiene una visión de cautela: aunque ve espacio para flexibilizar su política monetaria, lo hará con responsabilidad y en función del comportamiento real de la inflación y la actividad económica.