Marco Sarabia

Carroñeros de la crisis

Marco Sarabia

La lamentable crisis mundial del coronavirus (COVID-19) ha vuelto a desenmascarar a los conservadores y a toda la “oposición” del país en su urgencia inescrupulosa por golpear al gobierno de Andrés Manuel López Obrador y salir del subsuelo en el que fueron enterrados con los votos del pueblo.

Si bien hay que estar alertas y cumplir con todos los protocolos, es una realidad que hasta el momento la situación ha sido bien sorteada por las autoridades. Mientras en otros países de la región la pandemia se ha expandido a gran velocidad, en México, hasta ahora, la cifra ronda en una cuarentena de personas infectadas. Nada mal para la magnitud internacional del problema.

Esto no es una opinión personal ni mucho menos. El Gobierno de México fue en días recientes reconocido internacionalmente por haber sido el primer país que puso a tiempo la técnica de detección del coronavirus. En palabras de Cristian Morales Fuhrimann, representante de la Organización Panamericana de Salud (OPS) y de la Organización Mundial de la salud (OMS), es aquí en México a donde vienen a formarse representantes de otras naciones para conocer y llevar la técnica a sus respectivos países. Están tomando a nuestra nación como referente mundial.

Dista mucho de lo que se escucha y lee en los prominentes reaccionarios y opinólogos de los medios tradicionales. Como si en lo más profundo de sus deseos estuviera que al país le vaya mal, se dicen “sorprendidos” de que no se reporten más casos y gritan a los cuatro vientos que el gobierno oculta casos. Como es su costumbre no han aportado ni una sola evidencia. 

Dicen también en un exceso de cinismo que las autoridades no están informando correctamente a la población. La realidad es bien conocida: como nunca antes se había hecho el Doctor Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud y uno de los mejores epidemiólogos del país, a diario informa a la población y responde las preguntas de los medios de comunicación dos veces por día. En tiempos de la influenza H1N1 la respuesta del gobierno de Felipe Calderón se caracterizó por ser opaca y ocultarle cifras a la gente. En esto como en todo no somos iguales.

El Gobierno de México debe continuar con la ruta que ha seguido escuchando a los expertos y tomando medidas a tiempo que protejan a la población.

A los opositores se les pide una cosa: que no sean tan miserables. Es entendible la rabia contenida que guardan contra el movimiento que les pasó por encima pero dejen de sacar raja de lo que es una emergencia internacional. Sus rumores, sus mentiras y sus anhelos de desastre pueden poner en riesgo la salud de la población. Deténganse pórtense a la altura. La ciencia nos respalda y continuaremos dando una lección mundial.

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