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¿Cómo quedó parado Morena?

Hay un dicho que va: “Después de la tormenta viene la calma”, pero al parecer con las elecciones pasadas no aplica así. El proceso electoral las elecciones más grandes en la historia de nuestro país sigue fresco y la información que surge de él nos sigue llegando todos los días. Por eso, es preciso hacer un repaso de cómo le fue a la 4T en estas elecciones y de lo que se viene para el partido Morena en nuestro país.

Recordemos que, en los estados, Morena se alzó con 11 victorias según los datos de INE: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. El Partido Verde, su aliado, domina en San Luis Potosí. Mientras tanto, la oposición tiene asegurados Querétaro, Nuevo León y Chihuahua.

Morena no solo arrasó a lo largo y acho del país, sino que también en la Cámara de Diputados se ganaron 297 curules, gracias a la alianza confirmada con Partido Verde y PT, en tanto que la oposición obtuvo por el PAN 114, el PRI 71 y el PRD 13; Movimiento Ciudadano consiguió 23 diputados. Ese es el balance.

Si se hace un análisis ya en frío, con los números en la mano —porque al final son los que hablan y no las redes sociales— Morena tuvo un triunfo avasallante —impresionante—, porque aunque San Luis Potosí lo ganó el Verde, recordemos que este partido fue de la mano con PT en la llamada alianza obradorista “Juntos haremos historia” y se había pactado que el Partido Verde fuera la cara para candidatura estatal potosina.

El posicionamiento que logró Morena con sus triunfos lo posicionaron como fuerza política nacional extraordinaria. No olvidemos que en las próximas elecciones se podrían sumar 3 o 4 gubernaturas más, lo que —si volvemos a la revisión de los números— ubicaría a Morena con más de 20 estados gobernados. Esto tendría una fuerza abrumante para el candidato presidencial del partido de la 4T.

Un caso para destacar es la votación a favor de Morena en el congreso local de Tamaulipas, aún con las amenzas y las descalificaciones hacia el Presidente y el partido por parte del gobiernador panista Cabeza De Vaca. Los votantes hicieron caso omiso y se decidieron en las urnas por Morena, dándole la mayoría en el Congreso y —por ende— la espalda al actual gobernador.

Morena demostró que tiene un manejo de las estrategias políticas de un maestro, de un partido de antaño a pesar de ser un partido relativamente nuevo. Llevarse la mayoría de los estados y las diputaciones no es cosa de magia, sino de aritmética política y de estrategias de proyecciones electorales. Morena logró lo que se veía muy complicado, entrar en el norte, posicionarse en estados claramente opositores porque, con las victorias en todo el noreste mexicano, da una muestra del poder político del partido y sobre todo de la fuerza de la imagen del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

No todo es echar las campanas al vuelo. Sí se ganaron en la mayoría de los estados; también se logró la mayoría en la Cámara de Diputados, pero debemos de tomar especial atención en lo que se perdió en la capital, una ciudad —un estado— por demás ya conocida por su inclinación hacia el Presidente y la corriente de izquierda, que hoy da un revés y le otorga alcaldías jamás pensadas a la derecha. Si bien no es favorable para Morena, creo que es en cierto modo sano para la democracia, el Pueblo decidió ajustar y distribuir a casi partes iguales el poder en la CDMX, lo que dará una sacudida en el partido y hará que se tomen decisiones importantes, que se depure y se ajuste lo que se tenga que ajustar. En tanto, estos tres años, los ciudadanos capitalinos tendrán la oportunidad de sopesar si su elección fue acertada o, en caso contrario, regresar a lo que ya se conocía y que por muchos años hizo que la capital de nuestro país saliera adelante y se ubicara como una de las ciudades más vanguardistas en derechos y equidad, abiertas, modernas y cosmopolitas del país.

La oposición fue la gran derrotada en estas elecciones, incluso con toda la estrategia de coacción y con los llamados partidos grandes aliados, no pudieron darle a Morena más que un rasguño.

El triunfo de Morena es irrefutable, pierde poco en el legislativo y gana mucho en la federación.

La 4T sigue y va.

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