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El Obradorismo sigue, y debe seguir, en campaña

El próximo 1 de agosto se llevará a cabo una nueva consulta popular convocada, de manera directa o indirecta, por el Presidente Andrés Manuel López Obrador: sus cinco antecesores serán juzgados por las autoridades competentes si el Pueblo de México así lo decide —o al menos el 40 por ciento del padrón electoral (37 millones de personas), como la ley lo requiere para que la consulta sea vinculante—.

Opositores a la Transformación y medios de comunicación han intentado crear la narrativa de que esta nueva convocatoria democrática no debería existir, pues consideran innecesario que haya consultas para que se haga justicia; sin embargo, servirá como ejercicio de memoria colectiva sobre los agravios de los que el Pueblo de México ha sido objeto en los 30 años del neoliberalismo (1988 a 2018), además de hacerle saber a las autoridades que el Pueblo quiere que quienes le hicieron daño a México deben rendir cuentas.

Durante el siguiente mes y medio, las y los obradoristas tendrán la titánica labor de recopilar, sintetizar y explicarle a los mexicanos todos los perjuicios que Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto le generaron a nuestro país. En algunos casos es más obvia la necesidad de juzgar que otros; no obstante, lo realmente difícil será hacerle entender a la gente la necesidad de salir a votar.

Entonces, la consulta también supone un reto importante para el principal partido de la Cuarta Transformación y para el movimiento en general, pues tras unas elecciones este año con buenos —pero muy desgastantes— resultados habrán de mantener motivados y activos a millones de simpatizantes que le volvieron a entregar su confianza a Andrés Manuel y a su proyecto, otorgándole la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y once nuevas gubernaturas.

Esta movilización y llamado a la acción de cara a las elecciones en 2022 (6 estados), 2023 (dos estados) y 2024 (presidencial, ambas cámaras, congresos locales, 9 estados y todos los ayuntamientos), así como la revocación del mandato en el mismo 2022, son importantísimos pues Morena habrá de construir y fortalecer la narrativa de que el porvenir del país se encuentra entre la continuación de la Cuarta Transformación o el regreso del neoliberalismo y todo lo que representan los cinco expresidentes.

Por otro lado, también está en juego el fortalecimiento de los propios principios del Obradorismo. La democracia participativa es el tipo de democracia en la que cree el Presidente y líder moral del movimiento, que surgió de la lucha y resistencia al neoliberalismo. La consulta, entonces, debe entenderse como el llamado de Andrés Manuel a todos sus simpatizantes a continuar la lucha para que el Pueblo sea el que tome las grandes decisiones.

En este sentido, y para concluir, también hay que entender la consulta popular como una llamada de atención a las autoridades electorales, pues el poco presupuesto destinado y la falta de información por parte del Instituto Nacional Electoral (INE) es motivo suficiente para salir a votar y hacerles saber que la democracia no depende de ellos y que las consultas deben ser incluidas dentro de los gastos de la institución.

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