Constantemente me debato entre hablar de la coyuntura y las urgencias o de profundizar más en los temas estructurales de la política ambiental, quizá porque cada vez se acercan más y un día el futuro nos alcanzará y nos puede agarrar desprevenidos. Mi querella interna pasa por reconocer que aquellos que nos dedicamos a promover la sustentabilidad del desarrollo en la praxis, es decir, en la teoría y la práctica, o somos “mensajeros de mal agüero” o somos pésimos comunicadores.
Saco esto a colación ya que en redes sociales circula un video que nos pide denostar a la joven Greta Thunberg y aprobar a Boyan Slat, argumentando que ella es una adolecente desequilibrada y manipulada, que básicamente no va los viernes a la escuela, cuando el joven Boyan sí fue y ha diseñado un gran colector de basura plástica en los océanos con grandes posibilidades de éxito.
Me parce que forzarnos a elegir, (ofensa aparte, que recuerda los discursos machistas; cuando una mujer protesta: está loca, cuando un hombre lo hace, es un valiente) no sólo es una postura infantil, sino además equivocada; ambas y otras más son necesarias. No deberíamos tener esos niveles de plásticos en ninguna parte, de acuerdo, pero recolectar basura no es suficiente ni factible a largo plazo. El nivel de responsabilidad asumido por los gobiernos, las grandes empresas y organismos internacionales, se quedan muy por debajo de las advertencias de la comunidad científica mundial. El fracaso de la reunión de Cambio climático de Madrid en diciembre pasado, es lo más palpable a la vista, por eso, el discurso pragmático de Greta es también valido.
Hace unos meses, en El Colegio de México, nos reunimos los egresados de 25 años del programa de lideres ambientales de esa institución, y entre las ideas debatidas, los cambios de paradigma a la vista, y yo como moderador de la mesa de conclusiones, me atreví a poner ahí algunos elementos portadores de futuro para México como escenarios factibles aunque no deseables. Los comparto ahora:
- El nivel del mar afectará gravemente las costas del Soconusco, la planicie costera de la cuenca baja del Usumacinta, sobre todo en Tabasco, las costas de Yucatán y el norte de Tamaulipas alrededor de la Laguna madre, desplazando inevitablemente a 1 millón de personas permanentemente . No hay una política y normativa de atención costera integral.
- Por las sequías recurrentes en el centro norte del país los incendios serán constantes y más intensos. Rebasarán los umbrales de control normal, perderemos la mitad de las especies comestibles y la crisis consecuente de polinizadores, abejas y aves y pequeños mamíferos, agudizada por el uso de plaguicidas, acentuará la crisis alimentaria y no se logrará cumplir con el ajuste a la baja de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda del Sistema de Naciones Unidas.
- La degradación y pérdida de suelos por tormentas, ciclones y huracanes, triplicará los costos de restauración por tres y aumentarán considerablemente los riesgos a las poblaciones vulnerables.
- México no podrá, como muchos países, cumplir con sus metas en las convenciones internacionales. Habrá sanciones económicas y boicots a nuestras exportaciones, en particular de hortalizas y frutales, pero también en la industria de trasformación.
- La presencia de enfermedades nuevas o recurrentes mutadas, se acentuarán por las migraciones de vectores infecciosos derivados del cambio climático, con fuertes impactos trasfronterizos y por el desplazamiento de esos vectores a nuevos ecosistemas. El impacto en la salud de la población más vulnerable llega a niveles de pandemia. La merma en la salud ambiental será tema urgente y recurrente de atención pública.
- Primeras guerras de agua, consolidación del nuevo imperialismo desde China como mega potencia, sobre todo financiera, (principal inversor en México en megaproyectos de infraestructura), pero también territorial (los nuevos terratenientes globales).
- La mitad de los países del orbe se declaran en quiebra y se evidencia la ruptura del sistema financiero internacional.
- Las energías renovables y tecnologías de punta (realidad virtual, la vida cotidiana urbana y la burocracia cibernética) dominan la economía internacional y nuestros placeres mundanos, en promedio se dedican 12 horas diarias a los dispositivos móviles. Millones de autos varados en las calles por incostiabilidad de los combustibles y falta de acceso a energías sustentables. La movilidad ocupa un tercio de los ingresos promedio de los hogares mexicanos. El dinero electrónico domina los mercados, la tragedia africana inunda el mundo de migraciones masivas y decenas de miles de centroamericanos ocupan el sur de México .
- Surgen territorios santuario para la alta burguesía y los territorios “libres” como nuevas “comunas verdes”. La vigilancia privada domina las calles y surgen con vehemencia las policías comunitarias ante la violencia instalada.
- Primera crisis masiva de la cuarta revolución: la tecnología; ésta colapsa por dependencia electrónica. Los hackers y los fraudes cibernéticos quiebran las finanzas internacionales.
¿Que haremos ante estos escenarios posibles de futuro? ¿Seremos capaces de visualizarlos y anticiparnos? ¿O tan solo documentaremos la tragedia y culparemos al gobierno en turno? Creo que tenemos que actuar en los dos frentes, el de la acción y el de la reflexión. Las posturas de personas como Greta y Boyan y quizá otras más, hacen falta, mucha falta.
Pedro Álvarez Icaza. Experto en política ambiental y en gestión y manejo de recursos de cooperación multilateral internacional. Forma parte del programa de líderes ambientales de El Colegio de México.
@alvarezicazapc