En días recientes, la derecha ha coordinado una agresiva campaña de linchamiento contra el Subsecretario Hugo López-Gatell, quien ha señalado claramente los oscuros negocios que distintos actores de la industria farmacéutica han generado a partir de amplias redes de corrupción que se construyeron durante los gobiernos del antiguo régimen. Ante la cruzada que ha emprendido el Gobierno de México por fortalecer la salud pública, poderosos grupos de interés operan desde el dolor de las y los niños pacientes para sacar raja política.
Para entender el nivel del problema, debemos tener claro el contexto. En México, tan solo 7 empresas tenían autorización para producir y comercializar medicamentos contra el cáncer. Súbitamente, 6 de ellas dejaron de operar y ofertar medicinas en los últimos sexenios, particularmente los últimos dos, el de Felipe Calderón y Peña Nieto.
Concretamente, la única empresa que se mantuvo produciendo y vendiendo fue Pisa, la cual produce 18 medicamentos contra el cáncer. En este caso, estamos ante un evidente caso de monopolio, lo cual coloca al Estado mexicano en una situación compleja para abastecer al sistema de salud.
Además de lo anterior, las administraciones previas aprobaron una Ley de adquisiciones para el sector con único fin de establecer un mecanismo proteccionista a modo para beneficiar a ciertos grupos de interés vinculados con legisladores y funcionarios del PRI y el PAN. Dicha ley obligaba a realizar un engorroso trámite para las empresas que buscaran ingresar y comercializar medicamentos a México. La pregunta aquí es: ¿y las autoridades sanitarias que hacían? Nada, estaban coludidas con ese cúmulo de intereses creados.
Una vez que el Gobierno de la Cuarta Transformación decidió poner orden y romper esas prácticas de corrupción, Cofepris cerró una planta de Pisa por no cumplir con los lineamientos de funcionamiento, pues se habían encontrado problemas de propagación de bacterias en la cadena de producción. Esto provocó que dicha empresa literalmente chantajeara a la autoridad sanitaria no brindando los medicamentos que se necesitaban.
El cerco informativo de los medios corporativos es brutal y cuando los grandes intereses económicos de ciertos grupos se ven afectados, toda la maquinaria de ataque mediático se activa para desviar la atención del verdadero problema. El blanco de la derecha ahora es el Subsecretario López-Gatell, quien se ha mantenido firme y comprometido en la lucha por un sistema de salud público digno para todo el Pueblo de México.