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Teuchitlán, ¿Estado fallido en Jalisco?

Teuchitlán es la punta de lanza de la derecha en México para poder decir: «Tenemos razón», pero no, la derecha no tiene razón, porque tiene una memoria selectiva. ¿Por qué? Porque no vio lo que pasó con los 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, durante el gobierno de Felipe Calderón. Tampoco supo de la masacre que hubo en el Casino Royal, donde murieron 10 hombres y 42 mujeres en Monterrey, y que fue orquestado por Los Zetas. Precisamente, dos de sus líderes (Z40 y Z42) ya fueron extraditados y se declararon “inocentes” en Estados Unidos. Por eso parece que en este país tenemos a la oposición con la memoria selectiva más nefasta de la historia.

Cuando leo todas las críticas que hacen contra un gobierno que está trabajando por restaurar el tejido social y que habla de humanismo mexicano, sé que el facho promedio o el matraquero de la derecha no comprende de qué se habla. Necesitamos rescatar a la sociedad, porque el PRIAN hizo que se acostumbrara a las masacres, a los levantones, a los secuestros, a las desapariciones y a todo tipo de atropello durante el calderonato. Hoy, todo el gabinete calderonista se jacta de decirle a la 4T que es un “narcogobierno”, cuando no olvidemos que ellos tuvieron un secretario de Seguridad preso y sentenciado en Estados Unidos por narcotráfico (Genaro García Luna). Este tipo es el creador y solapador que permitió el surgimiento de muchos cárteles durante el sexenio calderonista. “Ya se nos olvidaron” la familia michoacana, Los Zetas, el cártel de los Beltrán Leyva, y el CJNG —creado al amparo del sexenio calderonista—. Incluso se dice que, estando Felipe Calderón en Jalisco, fue detenido el líder de ese cártel —Nemesio Oseguera Cervantes— y que fue liberado por el expresidente Calderón. ¿Cuándo se rasgó la oposición las vestiduras? Cuando el expresidente Andrés Manuel López Obrador tuvo que liberar a Ovidio Guzmán López en el famoso Culiacanazo, —aunque posteriormente fue reaprehendido y extraditado a los Estados Unidos—, la oposición quiso manchar la historia de la 4T, diciendo que era un “narcogobierno”, cuando todos las y los simpatizantes de Morena y la Cuarta Transformación sabemos que no es así. Quien escribe ha realizado muchísimas coberturas con la hoy Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, desde que era candidata y pudo haber descubierto si tenía nexos, malos pasos o reuniones con líderes delincuenciales; lo que hubiera sido un escándalo de una magnitud mundial. Qué fácil es en este país poder opinar y señalar a cualquiera de ser “narcocandidato”, “narcogobierno”, “narcoyoutubers”, “narcoperiodista”…

Por eso quise escribir esta columna, para apelar a la memoria histórica de que los culpables de que el país esté sumido en el deterioro de la violencia son el PRI y el PAN. No olvidemos que la esposa del expresidente Zedillo fue acusada de tener nexos con los Amezcua; que los hijastros de Vicente Fox fueron señalados por nexos con huachicoleros, que Felipe Calderón fue acusado de proteger a un solo cártel y combatir a los demás para así quedar bien con los que pagaron su campaña, y que Peña Nieto tampoco los combatió. Solo con la llegada del expresidente López Obrador empezó la reconstrucción del tejido social. Además, nosotros debemos hacernos responsables como sociedad de la crianza, enseñanza y educación de nuestros hijos e hijas, acuérdense siempre de este dicho, debemos crear humanos derechos. Hoy tenemos que luchar codo a codo con el gobierno para así erradicar la narcocultura, por eso, ¡no se deje engañar!

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