Sería muy bueno que en el mundo entero se deje de confundir o manipular el acto ser perseguido por no comulgar con los ideales de quien está en el poder con otra cosa muy diferente: ser perseguido y buscado para ser sometido a juicio por los actos abusivos ocurridos durante una gestión en el poder.
Empecemos por entender un concepto tan básico y así pasar el mensaje global para que quienes ostenten un cargo público sepan que así como las buenas acciones tienen su reconocimiento, las malas acciones deben tener sus consecuencias. Nadie se puede vender como víctima o perseguido político cuando la historia y sus actos apuntan a que ellos mismos fueron los victimarios; que fácil es repetir “me persiguen sin razón” cuando hay un expediente integrado de miles de hojas que sustentan la investigación de uno o varios actos de vileza y traición a una nación y a su población. Ideal sería que en el mundo entero los expedientes se abrieran a todo público y se conociera santo y seña por los que son señalados con todo detalle. Allí se terminaría la posición de víctima y se confirmaría el castigo por haber sido victimario; se acabaría con cualquier tipo de persecución global porque, al hacer público el expediente, si no hay delito o lesión que comprobar, no hay sustento para perseguir. La transparencia nos lleva a la decencia de actuar con pertinencia,
Siempre será buena hora para que globalmente
la vida pública sea totalmente pública,
demos certidumbre a todas y a todos,
acabemos con la suposición que solo le da ventaja de argumento y victimización
a cualquier tipo de oposición,
terminando como víctimas cuando, en muchos de casos, fueron victimarios.
Que nadie sea perseguido o sometido por no ser entendido y que nadie quede libre de ir a juicio si sus actos fueron de perjuicio,